¿Cómo se están preparando las grandes compañías y PYMES para cumplir con las nuevas regulaciones y cuáles son los mayores desafíos que enfrentan en este proceso de implementación?
Como ya estamos anticipando, la llegada de la nueva regulación ESG el próximo año supone uno de los mayores retos corporativos de los últimos tiempos, y será uno de los temas principales que se tratarán en la próxima edición de ESG Summit Europe de octubre, donde se reunirán los agentes clave que están impulsando este cambio en el sector. Por esta razón, tanto las grandes compañías como las pymes están adoptando diversas estrategias para cumplir con las nuevas regulaciones. Muchas de ellas incluyen medidas como la integración de criterios ESG en políticas y procedimientos corporativos, la formación intensiva de empleados en materia de sostenibilidad y la implementación de sistemas robustos de reporte y seguimiento. Según la Comisión Europea, más del 60% de las empresas están en proceso de adaptar sus operaciones para cumplir con la Directiva de Información sobre Sostenibilidad Corporativa (CSRD). Los mayores desafíos incluyen la adaptación a marcos regulatorios complejos, la gestión eficiente de datos precisos y equilibrar costes operativos adicionales con las demandas de sostenibilidad.
En definitiva, este es un reto que nos atañe a todos y, para afrontarlo eficazmente, es importante que gobiernos, reguladores y empresas trabajen de la mano, colaborando estrechamente para asegurar una transición suave y efectiva hacia un futuro más sostenible.
En el contexto de la inversión en bolsa, ¿cómo están respondiendo los inversores a la creciente demanda de información sobre los aspectos ESG de las empresas en las que invierten?
Los inversores han demostrado un interés creciente en los aspectos ESG a la hora de tomar decisiones sobre su cartera, favoreciendo a las empresas con perfiles sólidos en materia de sostenibilidad y utilizando datos ESG para tomar decisiones de inversión más informadas. El reciente informe PwC’s Global Investor Survey 2023 señala que el 77% de los inversores institucionales planean dejar de comprar productos que no tengan en cuenta factores sostenibles en los próximos dos años. Esta tendencia ha llevado a una mayor presión sobre las compañías para mejorar la calidad e incluso la credibilidad y frecuencia de sus divulgaciones en materia de ESG, garantizando transparencia y responsabilidad en sus prácticas. Este fue un tema ampliamente discutido en la pasada edición de ESG Summit Europe, donde se destacó la gran importancia de la transparencia en este aspecto. Además, la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) ha incrementado la exigencia para que los fondos ESG inviertan entre el 50% y el 80% de sus activos en empresas que cumplan con criterios sostenibles específicos.
Ante la obligación de realizar nuevas auditorías rigurosas de prácticas sostenibles a partir del próximo año, ¿cómo pueden las empresas fomentar una cultura corporativa responsable y garantizar la transparencia en sus operaciones?
Es esencial involucrar a toda la organización y crear un grupo de trabajo que incluya a representantes de distintas áreas para gestionar eficazmente las iniciativas de sostenibilidad. Este enfoque colaborativo asegura que todos los departamentos estén alineados con los objetivos ESG, promoviendo una cultura de responsabilidad compartida y mejorando la capacidad de la empresa para cumplir con sus compromisos de sostenibilidad.