En las pocas sesiones transcurridas este 2022, el Nasdaq acumula una caída del 6,38%, el S&P un 3,24% y el Dow Jones un 1,43%. A pesar de estas caídas, el índice de tecnología Nasdaq sigue a un 6% de sus máximos históricos pese a que el 40% de sus componentes han caído un 50% o incluso más desde sus máximos de 52 semanas. Esto es algo se ha visto sólo en tres ocasiones en las últimas dos décadas: la expansión del Covid-19 (2020), la quiebra de Lehman Brothers (2008) y la crisis de las puntocom (2000).
"La gente olvida que una corrección del 10% en los índices es normal y suele haber al menos una al año. El drawdawn -retroceso- del 5% del S&P 500 en 2021 no es lo habitual. Si el índice cae un 10% o incluso un 20% desde niveles actuales, nada habrá cambiado", valora el inversor a largo plazo Tomeu Ramón. Facebook, Alphabet y Amazon cotizan, de hecho, en este arranque de año en niveles de hace tres meses.
"Lo que está ocurriendo en las primeras sesiones bursátiles del año es que el growth -empresas en crecimiento como Apple, Microsoft, Amazon o Tesla- han empezado con un pie débil, mientras el resto del mercado, empresas de valor, industriales, financieras... han empezado con mejor pie. El mercado ha puesto precio a una mayor expectativa de crecimiento. Sea la razón por la que sea, esté o no acertado el mercado a medio plazo, los tipos de interés han repuntado con relativa fuerza en estas primeras sesiones del año. Aunque los tipos de interés a largo plazo pueden aumentar por varios motivos, en este caso, dado el contexto, es un claro ejemplo de que el mercado se ha sacudido el pesimismo de fin de año. Esto es así porque a mayor crecimiento esperado, mayores son los tipos de interés", apunta Hugo Ferrer gestor de carteras en GPM Sociedad de Valores y profesor de la Universidad Alicante.
"Si el mercado espera una recesión, los tipos de interés de largo plazo se reducen, porque descuentan poco crecimiento. Cuando el entorno económico es de bajo crecimiento (situación típica de bajos tipos), la demanda de las acciones de crecimiento (growth) aumenta. A más escasez de algo (crecimiento), se dispara el interés por el segmento que puede ofrecer la mayor cantidad de lo que falta. Cuando las expectativas de crecimiento general mejoran, la demanda de empresas de mayor crecimiento o growth se debilita. ¿La razón? Los inversores encuentran oportunidades interesantes en otros lados antes ignorados", comenta.
El mercado se ha dado cuenta que en este entorno de crecimiento puede ser mejor estrategia ir a buscar valor en lo que se ha quedado rezagado durante la pandemia -bancos, turísticas, industriales ligadas al ciclo...- porque puede tener mayor recorrido al alza e ir reduciendo la exposición a los grandes vencedores de estos dos últimos años. O al menos tenerlas en cuenta y no como hasta ahora.
Además se suman nuevas variables como la normalización de la curva de tipos y el riesgo a un 'taper tantrum' como en 2013. El 'taper tantrum' es el efecto que tendría la retirada de estímulos por parte de la Reserva Federal y de otros bancos centrales. Es decir, alude a la posible reacción en negativo de los mercados tras la retirada de estímulos monetarios. En sentido literal, 'tantrum' significa rabieta en inglés, y es un poco el efecto que sucedería en los inversores.
Sin embargo, que el Nasdaq corrija también puede ser un problema para los índices mundiales por el gran peso que tienen las grandes tecnológicas en ese tipo de instrumentos financieros. Por ejemplo, en el índice de referencia de la bolsa global, el MSCI World, Apple es la empresa que más pondera con un 4,70%, Microsoft un 3,85%, Alphabet un 2,74% Amazon un 2,44%, Tesla un 1,43%, Meta un 1,29% o Nvidia un 1,18% hasta sumar un 23,7% de la ponderación del índice.
¿Es momento de ajustes en las carteras y rebalanceos hacia sectores más value o cíclicos? Quizá sea una buena estrategias diversificar, pero el arrastre de Wall Street también se está dejando notar en índices menos tecnológicos como el Euro Stoxx 50 que ha arrancado el año con un descenso del 1,37% y el Ibex 35 está en un -0,08%. De momento, muchas incógnitas ante un nuevo escenario como es el de la normalización monetaria este 2022.