En los próximos días, el Congreso debe aprobar una prórroga presupuestaria necesaria para que el Gobierno siga funcionando con normalidad a partir del martes, 1 de octubre, cuando comienza el nuevo año fiscal en Estados Unidos. De lo contrario, el Gobierno debería paralizar temporalmente algunas de sus actividades y partidas, lo que se conoce como government shutdown.

El calendario para solucionar este problema es bastante apretado. El Senado podría tardar hasta el domingo en aprobar una prórroga que financie también la reforma sanitaria de Obama. Es importante destacar que el Gobierno demócrata de Barack Obama sólo controla el Senado; y que los republicanos controlan la Cámara de Representantes. La última vez que no se llegó a un acuerdo sobre este tema fue en 1996. Por lo tanto, la Cámara de Representantes debe aprobar la resolución del Senado antes del martes, algo que parece poco probable.

Capital Economics afirma que este escenario puede “afectar a los mercados de acciones en los próximos días y puede provocar que la Fed retrase aún más la retirada de estímulos. Hay una buena probabilidad de que el Congreso no llegue a un acuerdo. En la práctica, algunas funcionarios no recibirán su salario y algunos servicios serán cancelados”.

TECHO DE DEUDA

En segundo lugar, el Congreso debe autorizar elevar el límite de deuda, también conocido como techo de endeudamiento, techo de gasto o debt ceiling. El secretario del Tesoro, Jack Lew, ha anticipado que el plazo máximo para elevar el techo de gasto finalizará a mediados de octubre (se habla del jueves 17 de octubre).

Este asunto es más importante porque podría llegar a provocar un default o quiebra del Tesoro, al no poder cumplir con sus obligaciones financieras. En 2011, la negociación con la oposición fue tan larga y dura que Standard & Poor's recortó el rating de Estados Unidos por la incertidumbre generada durante el proceso. El principal indicador mundial registró una corrección superior al 15% en ese periodo.

“Nos encontramos en otra fea confrontación”, ha explicado a Bloomberg Howard Ward, jefe de inversión en Gamco Investors. “Aunque todo el mundo sabe que este asunto puede ser transitorio, es un triste recordatorio del mal funcionamiento en Washington. Será un catalizador para recoger beneficios tras las últimas subidas”, afirma este experto.

“Es un problema que está dormido ahora, pero puede pasar al primer plano”, afirma Chris Rupkey, economista jefe de Bank of Tokyo-Mitsubishi. “Hay riesgo de que el Dow Jones pueda caer 1.000 puntos durante dos o tres días”, ha añadido. Su previsión es que el PIB se reduzca en medio punto porcentual si se prolongan los desacuerdos presupuestarios.

En su última rueda de prensa, el presidente de la Fed, Ben Bernanke, comentó que “los próximos debates fiscales pueden implicar riesgos adicionales para los mercados financieros y la economía global”.

Chris Krueger, analista de Guggenheim Securities, ha comentado que “el cierre del Gobierno es un problema muy serio, pero no es nada comparado con lo que ocurriría si Estados Unidos no logra elevar el techo de deuda”.

En la misma dirección, Capital Economics afirman que “la incertidumbre será negativa para las bolsas. El precedente de hace dos años estuvo acompañado de una gran caída en el mercado, que no se recuperó hasta meses después”.

César Pérez-Obanos