Mientras dirigimos nuestra mirada hacia 2025, nos encontramos en  un punto de inflexión en la economía mundial. Las divergencias en las políticas de las autoridades, la  evolución de las economías y la geopolítica harán que los próximos años sean sustancialmente diferentes.  Salman Ahmed, responsable global de Macroeconomía y Asignación Estratégica de Activos de  Fidelity International, expone sus perspectivas para la economía mundial y explica por qué, a raíz del  importante cambio político, la reflación es su hipótesis de trabajo para la economía estadounidense en  2025:

La reciente victoria de Donald Trump como presidente de Estados Unidos influirá significativamente en la economía global. Su enfoque en mayor crecimiento económico, déficit fiscal, proteccionismo comercial y control inmigratorio dibuja un panorama de fortaleza económica estadounidense. Sin embargo, estas medidas podrían frenar la tendencia a la baja de la inflación y mantener elevados los tipos de interés. Aunque estos efectos tardarían en apreciarse, la magnitud dependerá de la capacidad de las empresas para trasladar esos costes al consumidor. Te interesa: Trump marcará el rumbo. Oportunidades en utilities, REITS, bancos, tecnología y defensa.

Pero si hay una palabra que define la situación actual desde un punto de vista de la macro global esa es decoupling.  Entre los mercados desarrollados  y los mercados emergentes.. Y aquí hay distintos patrones: “las economías desarrolladas están creciendo mientras que las emergentes están bastante estables por debajo del umbral cero . Porque todos sabemos los dos factores clave que están claramente presionando a la baja al espacio emergente son, en primer lugar China y. en segundo lugar, Donald Trump”, dice Mabrouk Chetouane, responsable de estrategia de mercados global de Natixis IM Solutions.  Pero también entre las bolsas de EEUU y Europa y los tipos de interés en sus respectivos bancos centrales. 

En cuanto a las bolsas, este año el índice S&P 500 y el MSCI All-Country World acumulan rentabilidades de doble dígito, lo que resulta espectacular, se mire por donde se mire, especialmente en un año ensombrecido por los conflictos en Ucrania y Oriente Medio, así como por la agitación política en otras regiones del mundo.  Los factores determinantes de la fortaleza de los mercados de renta variable han sido la obtención de beneficios (sobre todo en EE.UU.), junto con el optimismo de los inversores de que este escenario se prolongue en 2025. Por el momento, “creemos que la renta variable mundial, a pesar de las elevadas valoraciones, puede seguir comportándose bastante bien en un contexto económico relativamente favorable. Sin embargo, de cara al futuro, las perspectivas son más inciertas”, dice Alex Tedder, Codirector de Renta Variable de Schroders.

En este tablero, China jugará un papel fundamental pues  está viviendo una transición económica, con numerosos desafíos e impacto de los estímulos económicos que comienzan a hacer efecto. En la actualidad y tras las experiencias pasadas en renta fija china hay un interés creciente en aumentar la exposición a este mercado, a pesar de las preocupaciones sobre la debilidad económica y la capacidad del gobierno para implementar medidas efectivas. 

Por otro lado, en el contexto actual, la renta fija china es menos atractiva que en otras divisas, pero ofrece diversificación. Y además, las perspectivas futuras sugieren un posible cierre de la brecha de valoración con los mercados occidentales, consolidando a China como una opción crucial para cualquier cartera de inversión.

Si construimos carteras diversificadas evidentemente hay que tener Estados Unidos como motor de crecimiento, pero, Europa está presentando oportunidades muy interesantes, no solamente desde un punto de vista de valoración, sino también estructuralmente, el 2025 se presenta como un año digamos donde los planes de inversión para algunos segmentos donde Europa juega un rol de liderazgo global, van a ser empujados de forma mucho más decisiva.

Y uno de ellos es el financiero donde el mercado de fusiones y adquisiciones está en plena efervescencia. Tanto bancos, como aseguradoras y gestoras de activos están buscando con quién casarse para ganar escala y ser competitivos. ¿Europa va camino de un too big to fail en el sector? Los procesos de fusiones y adquisiciones vuelven a ser el dominantes en el sector financiero europeo y hacemos un repaso a las principales operaciones. 

Por otro lado, otro activo que cada vez gana más protagonismo es  la gestión alternativa. “Desde DWS creemos que incorporar inversiones alternativas e invertir en inmobiliario siempre es positivo porque puede provocar una descorrelación y tener otros motores de rentabilidad. El mercado inmobiliario en sí tiene como dos motores. El primero es una tendencia a largo plazo que supone que dos tercios de la población mundial van a estar viviendo en ciudades y, por tanto, hay que construir soluciones habitacionales para todos ellos; además, están apoyados por medidas del gobierno para intentar reducir las huellas de CO2 y, ,por tanto obtener unos menores costes para las personas que viven ellas. Un segundo motor, un poquito más de corto plazo, que es un viento de cola con un entorno de bajadas de tipos de interés en el que el mercado inmobiliario se ve beneficiado. Además, a estos dos factores hay que añadir un tercero y es que los ratios de ocupación están subiendo y parece que las construcciones están bajando, con lo que parece un entorno idóneo para incorporar inmersiones alternativas líquidas inmobiliarias en las carteras de los inversores”,  dice Antonio Royo-Villanova - Especialista en Gestión Pasiva - DWS Investments.

Por último, entrevistamos al principal ejecutivo del banco andorrano Andbank, Carlos Aso,  presente en España desde hace 12 años. Desde entonces, ha protagonizado una andadura relevante, con adquisiciones, crecimiento orgánico, un rendimiento anualizado a largo plazo sostenido y, algo que causa especial orgullo a su CEO, Carlos Aso, estabilidad en la plantilla. La competencia no les ficha con facilidad a sus banqueros, lo cual habla no solo de la vinculación de los empleados con su firma, sino que es un buen aval para el cliente, que no sufrirá ‘bailes’ con sus asesores.