Sin embargo, indaga aún más y se centra en las fuertes recompras de acciones que hemos visto de las cotizadas en los últimos años. “Ahora estamos también ante el fin de la bonanza de las recompras de acciones, lo cual puede que sea un factor decisivo para hacer explotar esta burbuja”, argumenta.
“En sus esfuerzos para estimular la economía, la Reserva Federal y algunos de sus compañeros de los bancos centrales han apostado por la compra de bonos, lo que ha ayudado a mantener los mercados de crédito muy líquidos y las tasas de interés muy bajas”, contextualiza este analista.
"En retrospectiva, no puede haber duda de que la QE ha provocado un lavado de cara para los mercados financieros y los precios de las acciones se han revalorizado gracias a esta vía principalmente”, escribe Edwards.
Edwards se une a la lista de otros analistas que advierten sobre que la recompra de acciones puede provocar desaceleración. “La cuestión es que con el final del QE, con los beneficios empresariales y el crecimiento de flujos de efectivo esperados para frenar, estas recompras inevitablemente comenzarán a desaparecer”, sentencia.