El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, acaba de enumerar las dos razones que harían a la entidad actuar: si se estrechan los mercados monetarios a corto plazo; o si empeora previsión a medio plazo para la inflación. El banquero italiano ha insistido en que “estamos listos para considerar el uso de cualquier elemento disponible” recordando siempre que las herramientas son las que permite el Tratado, pero ha evitado mencionar alguno concreto, a pesar de la insistencia de la prensa: “No vale la pena especular sobre qué instrumentos usaremos”.
Draghi, que ha endurecido algo su lenguaje sobre el forward guidance (“Mantendremos una política acomodaticia el tiempo que haga falta”), no da importancia a su tono más tajante, porque simplemente enfatiza la visión que ha ofrecido hasta ahora.
El presidente del BCE ha reconocido que la inflación estará por debajo del 2% al menos dos años, pero ha subrayado que “actuaremos si vemos razones para pensar que la evaluación a medio plazo cambia a peor”. Sobre la caída de los precios en diciembre, explica que era esperable y que en parte se debe a cambios técnicos en los datos de Alemania.
Tal y como se esperaba, y después del recorte del 0,25% que realizó en la reunión de noviembre, el BCE ha mantenido hoy los tipos sin cambios, en el 0,25%, en la que es su primera reunión de 2014. Antes, el Banco de Inglaterra (BoE, por sus siglas en inglés) mantenía también los tipos de interés en el 0,5% y su programa de compra de activos en los 375.000 millones de libras, tal y como se esperaba.
M.G.