En opinión de los analistas de Bankinter, el escenario más razonable es que el BCE aplace cualquier decisión sobre el QE hasta la reunión del 26 de octubre y hoy se limite a preparar el terreno, eliminando de su comunicado la referencia a su disposición a incrementar el volumen del programa de compra de activos, aprovechando la probable revisión al alza de sus estimaciones de crecimiento.
Según explica el departamento de análisis de la entidad, este cambio sutil permitiría el rebote de las bolsas ya que se mantendrían los estímulos monetarios y se trasladaría el mensaje de que el BCE confía en la recuperación y comienza a debatir una reducción gradual del QE que comenzaría a aplicarse en 2018.
“Por el contrario, las bolsas retrocederían si el BCE no hace nada y transmite con ello una sensación de incertidumbre acerca de su estrategia de salida de la actual política monetaria”, apuntan.
En resumen, Draghi debe “entregar algo”, según Bankinter, y un reenfoque suave de su mensaje parece una solución adecuada en un momento poco adecuado para favorecer una mayor apreciación del euro.