Para ayudar a la recuperación, Draghi recomienda que los Gobiernos sigan adelante con sus esfuerzos de consolidación fiscal, pero señala que las políticas deben comenzar a dar más ayuda al crecimiento. “Es decir, menos gastos actuales e impuestos más bajos y más gastos en infraestructura y en capital humano,” ha especificado. Aun así, insiste en que las reformas estructurales tienen que acompañar estas políticas porque sólo ellas “podrán devolver Europa al camino de crecimiento sostenible”.
Conforme a su papel como banquero central, Draghi ha repetido que la contribución del BCE al crecimiento es mantener la estabilidad de precios y ha vuelto a repetir que no hay señales de deflación. Incluso a la pregunta de si le preocupa más la deflación o la inflación, Draghi ha respondido tajante: “En realidad, ninguna de las dos cosas. Los riesgos de deflación o de inflación están limitados en el momento actual”.