Hace poco les contaba que la recesión era el nuevo miedo presente en Wall Street según la encuesta de JPMorgan, pero como si resurgiera cual Ave Fénix, la inflación, que fue el riesgo más presente para inversores y analistas a cuenta de la Reserva Federal en 2022, vuelve como si se tratara de nuestra peor pesadilla, o quizá no tanto, porque el modo montaña rusa que vivió el miércoles el mercado tras conocerse el dato, es buena prueba de ello.
Lo peor de ella, sin duda, es esa latencia que puede complicar y mucho el presente ejercicio. Y no porque el dato americano, que a estas alturas ya conocerán de memoria fuera especialmente malo, sino porque no fue ni bueno ni malo, sino todo lo contrario. Así lo leyeron el miércoles en el transcurso de la tarde noche española los principales indicadores de Wall Street. Pero especialmente un DOW JONES Ind Average, con cambios de signo de pérdidas a ganancias y vuelta con recortes, incluso de mayor cuantía que el resto.
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Ya sabrán a estas alturas que el problema es que no hay una lectura clara de los datos. Baja la inflación general en mensual, pero sube en interanual hasta el 6,4% y la subyacente lo mismo. Si descontamos los alimentos frescos y la energía, el indicador se coloca en el 5,6%. Lecturas mixtas, frente a lo que se esperaba, con números que primero desconcertaron y después hicieron claudicar al mercado con pérdidas generales.
El aumento de los alquileres y los carburantes son los culpables en enero de que los precios no pierdan el fuelle que el mercado espera. Aunque lo que de verdad preocupa en Wall Street es la lectura que haga Jay Powell, el presidente de la Reserva Federal. Citaba a un analista de Capital Economics Financial Times indicando que quizá ahora, el presidente de la Fed tras el dato duerma peor.
¿Qué puede traer consigo? Pues que haga falta ser más “hawkish” y tener tipos más altos durante más tiempo para doblegar a esta inflación cuyo tronco no se quiebra, ni mucho menos. A pesar de su caída por séptimo mes consecutivos, los precios siguen haciendo temblar al mercado. O cuanto menos evolucionar con la incertidumbre total, con constantes cambios de signo que evidencia los miedos de Wall Street y que encarna a la perfección el Dow Jones.
Por si esto fuera poco, se traen a colación las ventas minoristas, que han crecido un 3% durante el mes de enero, más de un punto sobre lo que esperaba Wall Street, por lo que los expertos consideran que la fortaleza que sigue exhibiendo el mercado laboral americano es lo que sostiene el consumo, que a la postre, seguirá negativamente incidiendo en la inflación.
Así el indicador se mueve con caídas del 0,3% en la semana, con ganancias del 1,68% en el mes, y apenas avances que bordean el punto porcentual de mejora en el trimestre. Eso sí, mantiene a duras penas las ganancias anuales, del 2,2% y en interanual, todavía cede un 3,04%.
Porque al contrario de lo que pasaba en 2022, los miedos acérrimos a nuevas subidas de tipos, que signifiquen recesión están teniendo una lectura peor en los valores tradicionales que encarna el Dow Jones que los tecnológicos e innovadores que representa el Nasdaq, que, a base de recorte a ultranza de costes, están, no solo capeando el temporal, sino además recuperando posiciones en 2023.
Entre lo mejor de la semana nos encontramos a Walmart, Nike -B- y Merk, aunque con avances de entre el 3,5 y el 1,5%, no demasiado potentes en una semana, en general negativa, ya que 20 de los 30 valores se mueven con recortes. En especial Walt Disney tras su triunfante ascenso en lo que va de año, que toma beneficios, pero que sigue siendo el segundo mejor del año tras Salesforce Recortes a los que se suman las “farmacias” de Walgreens, con casi un 2% a la baja.