El plan se había proyectado tras conocer que tenía que hacer frente a una multa por manipular el Libor. Sin embargo cuando a finales de enero la empresa anunció las pérdidas multimillonarias, sus títulos comenzaron a desplomarse dejando una sensación de que las caídas eran imparables, tanto que su cotización se situó en mínimos de 1984. Bloomberg calcula que Deutsche Bank ha tenido que hacer frente a multas por malas prácticas por unos 8.000 millones de euros y unos gastos legales que habrían alcanzado los 7.000 millones de euros.
La evolución de la entidad ha sido una auténtica montaña rusa que se movía tanto por las propias noticias del sector como de la misma firma. Unas semanas después de los problemas de febrero, Deutsche Bank anunciaba que su posición en el mercado de derivados era de 52 billones de euros, una cantidad 20 veces superior al PIB de Alemania. En total la firma tiene en su balance el 13% de todos los derivados del mundo invertidos fundamentalmente en materias primas y petróleo. Aunque estos activos tienen sus colaterales, el destrozo que podría provocar un colapso de los mercados en sus cuentas podría ser infinito.
En junio, por si fuera poco, un analista de Berenberg alertaba a los inversores que la quiebra de Deutsche Bank sería inasumible incluso para el Estado alemán porque el grado de apalancamiento era de 40 veces, muy superior al de Lehman Brothers el día antes de su suspensión de pagos. Algo que preocupa porque como explica el FMI, la firma es la más sistémica en el mundo y su desplome implicaría probablemente el derrumbe del sector.
La política de tipos bajos tipos de interés y el aumento de la regulación tras la crisis financiera abrieron una brecha en la línea de flotación del sector que cada vez tiene menos herramientas para hacer rentable un negocio que se basa en prestar dinero y cobrar un interés por él. Este problema no afecta solamente a Deutsche Bank, sino que es común a la industria tanto en Estados Unidos como en Europa.
Por eso no extraña cuando se miran los ratios del banco, que tiene una rentabilidad sobre activos propios (ROE) de menos de un 1%, al nivel del Popular. Su eficiencia, es decir, el dinero que gasta para ganar dinero es del 89%, es decir, le cuesta mucho obtener un euro. Esto ha provocado que su valor en libros sea de poco más de 0,3 veces, por debajo de la media en Europa.
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