Y es que en el reguero de disputas que los bancos siguen teniendo abiertos entra ahora el activismo religioso. Hace algo menos de un mes una asociación de grupos de activistas de distintas confesiones han decidido actuar para que los representantes de las entidades hagan acto de contrición y expliquen a sus accionistas qué es lo que están haciendo para solucionar los problemas que ocasionaron, los escándalos
En concreto se trata de algunos miembros de una institución que lleva trabajando ya cuatro décadas: el Centro de la Fe para la Responsabilidad Corporativa (ICCR) en la que se engloban 300 grupos entre los que hay religiosos –de varias confesiones- y algunas otras instituciones.
Entre ellas se encuentran algunas de las que han escrito cartas a los representantes de Bank of America, Wells Fargo y JP Morgan Chase. Se trata de Los Missionary Oblates of Mary Inmaculate, las hermanas de la caridad de Santa Isabel y algunos de sus miembros.
La prensa estadounidense ha publicado que los autores de las cartas a estos tres bancos han afirmado que “los accionistas se merecen un informe completo sobre lo que las entidades han hecho para finalizar las actividades poco éticas, para restaurar la credibilidad y proveer nuevos y mejorados estados financieros para el banco”.
Aseguran los responsables de la misiva, porque entre sus responsabilidades no sólo están la de procurar conductas éticas, sino que estas ayuden a mejorar la sostenibilidad de sus inversiones.
Los activistas aseguran que las multas millonarias que las entidades financieras están pagando en casos como los de Madoff, u otros muchos, no son suficientes como para restaurar la confianza de los accionistas en estas entidades.
A pesar de que aunque no hay un dato oficial exacto, algunos medios como Financial Times, Bloomberg o Wall Street Journal hacían a finales del año pasado sus propios cálculos y afirmaban que los bancos habrían pagado ya alrededor de 100.000 millones de dólares. Por eso estos grupos quieren una explicación lo suficientemente creíble como para volver a tener fe en ellas.
En ICCR el año pasado encargaron a una consultora que hiciera un análisis sobre el estado de los 7 principales bancos del país. El resultado es que hay aún muchas deficiencias entre la moralidad de las distintas entidades financieras, aunque ninguna saca buena nota. Por eso esta carta que acaban de enviar. (Acceder al informe)
Entre todo lo que piden destacan algunas solicitudes como un memorándum sobre todo lo que están haciendo para que los empleados se comprometan con la ética en su trabajo.
No es la primera vez que estos grupos actúan. Ya lo han hecho en múltiples ocasiones, pidiendo, por ejemplo, mejores condiciones a la hora de otorgar préstamos a los pobres. Algunas peticiones han sido aceptadas. Otras –muchas- ignoradas.
Hay quienes afirman que el origen del activismo está en estos grupos religiosos. En cualquier caso no quedó allí. Hoy entre los principales activistas del mundo salen a relucir nombres como el de Carl Icahn y grupos como Elliott Management, que son activistas que pueden cambiar el rumbo de una compañía y alterar muchos de sus planes.
Algunos de ellos afirman que actúan en beneficio de los accionistas, muchas veces olvidados por los gestores de las empresas, aunque algunas veces esto podría ser puesto en entredicho. En este caso, la última palabra podría venir desde muy arriba.