Además de los datos (que hablan por sí solos en los últimos años), la peor noticia es que esos datos pueden comenzar a ser importantes para los mercados pues, aunque de forma muy sutil, parece que las agencias comienzan a mirar de reojo a las grandes economías desarrolladas (pérdida de la máxima calificación en Francia y sorpresa de Moody´s en la noche del lunes que situó el AAA de Reino Unido en outlook negativo por primera vez).
Con todo, las conclusiones sobre el efecto en los mercados son de riesgos bajistas en el medio plazo, pues el FTSE 100 se encuentra a menos de un 5% de alcanzar los máximos del pasado ejercicio que a su vez, suponen máximos de la reacción alcista iniciada en el ejercicio 2.009.
Este mismo análisis sería extensible para EEUU cuyos índices ya han alcanzado la zona de máximos del pasado ejercicio y cotizan a tan solo un 10% de los máximos que se dejaban en el ejercicio 2.007, cuando el crecimiento trimestral de la economía estadounidense rondaba el 4,5% (actualmente 0,7%), tenía una tasa de paro del 4,5% (ahora del 8,3%) y mejor no hablemos del déficit… Lo cierto es que los mercados suelen anticipar los datos económicos pero, echando un vistazo a estos datos, ¿No les parece que los mercados han estimado una mejora más rápida en la recuperación económica que está teniendo lugar? ¿No les parece que el desfase de datos existente 2.007-2.011 y las previsiones de crecimiento que se manejan para 2.012-2.013, apuntan a una decepción de los mercados? Dicho de otro modo, los niveles alcanzados en los índices son compatibles con crecimientos en torno al 4%, con creación de empleo y con unos niveles de déficit y deuda muy distintos a los actuales. Lamentablemente las previsiones no apuntan a esta rápida mejora y es por ello que a mi parecer, los mercados se han adelantado en descontar un entorno de mejora más intensa y tendrán que ajustarla tarde o temprano. Aunque me llamen pesada, sean cuidadosos con sus posiciones en renta variable y no olviden los stops.