Futuros del petróleo en general y el Brent en particular, por marcar en general un precio más alto que el de referencia en Estados Unidos, el West Texas, han sido el centro neurálgico de los mercados, en un entorno de materias primas más que convulso y de una crisis energética mundial que ha golpeado en 2022 con especial fuerza y virulencia por la guerra de Rusia contra Ucrania, a toda Europa.
Y esa circunstancia seguirá marcando, al menos sobre el papel, el devenir del mercado bursátil en 2022, más allá incluso del propio barril de petróleo. Porque mientras estaba cobrando fuerza, antes de la pandemia, el fin más pronto que tarde de los combustibles fósiles, la guerra de Ucrania, con Rusia como fatal protagonista y Europa como daño colateral más próximo, han terminado de convertir de nuevo al petróleo en el centro del universo bursátil.
Sigue en directo la cotización de Futuros del petróleo
No hay más que mirar el devenir en los mercados financieros de todas y cada una de las compañías petroleras. En España, sin ir más lejos con unRepsolen plena transición a las renovables que está costeando el petróleo y esos niveles de avance anuales del 50% de subida para el valor.
Pero en Estados Unidos, las diez primeras posiciones de avance anual en el S&P 500 con ganancias de entre el 60 y el 114% se lo apuntan valores del sector petrolero y de las catorce iniciales, solo una se corresponde a un valor del sector salud, como Cardinal Health
Así de simple es esta ecuación de ganancias absolutas para un sector, que incluso, de forma generalizada, ha perdido posiciones en diciembre en Estados Unidos. Y así podríamos seguir por todos y cada una de las bolsas globales. En un año, no lo olvidemos, en negativo para las bolsas globales, como comprobamos en este gráfico de barchart sobre la evolución de los sectoriales del S&P y la subida media del energético, que despunta sobre todos, por encima del 56%.
En ese contexto cierra el ejercicio el barril brent, que, sin embargo, ha tenido momentos mejores, como los registrados en marzo pasado, con el momento de mayor avance en medio de la incipiente guerra con máximos que rozaban los 140 dólares el barril. Ahora ha perdido fuelle de forma significativa, mientras las preocupaciones crecen de forma generalizadas.
En concreto, en la última semana es la sombra de la recesión la que marca el devenir del mercado, con precio en el entorno de los 82-84 dólares en el que se mueve el barril de referencia en Europa. Desde Estados Unidos se destila una caída de la economía, cada vez con más fuerza, lo que repercutirá en la actividad, y por tanto en la demanda de crudo en los mercados internacionales.
Y sobre todo la mirada hacia China. Si hace unas semanas, la apertura ante la dura política del Covid 0 llenaba de esperanza a los mercados, ahora la situación del país, con vacunas menos efectivas que las occidentales, sin rastro de inmunidad natural y con reparto de dosis a niveles bajos entre la población más expuesta y la más vulnerable, cierra un círculo de contagios masivos, que lo será en mayor grado, muertas incluidas, para una apertura que se asemeja a la vivida en occidente en 2021, con una asignatura pendiente en el país, que puede traer más consecuencias, con los esperados desplazamientos masivos de fin de año.
Su efecto en la actividad es una de las grandes incertidumbres y su “exportación” al resto de países occidentales, lo que se refleja en el precio del crudo que apenas marca cambios en la semana, aunque registra pérdidas del 5,75% en el último mes. En el trimestre, el Brent también se muestra en negativo con retrocesos del 6%. Pero, eso sí, mantiene sus ganancias anuales del 5,5% desde el pasado mes de enero.
Según los indicadores tendenciales de Fuerza Premium que elabora Estrategias de Inversión, presenta una fortaleza muy débil, tanto a medio como a largo plazo, con operativa en la que indica que se mantiene al margen y riesgo de un mayor deterioro técnico para este análisis técnico del valor