Las cuentas fondeadas con aquellas que incluyen un capital inicial para que los traders puedan operar o invertir en los mercados sin depósito, es decir, la empresa que la ofrece aporta el capital inicial para que el trader pueda invertir en los mercados, generalmente en derivados financieros, a cambio de recibir un porcentaje de las ganancias. Se estima que en torno al 20% de los beneficios se queda en la empresa que suministra el “fondeo” para hacer trading.
Esto supone abrir una cuenta de trading sin tener que aportar fondos ya que es un tercero, en este caso la empresa de cuentas fondeadas, la que hace el depósito de inicio, que suele ir de 25.000 a 150.000 euros. Para poder usar estas cuentas, y ahí está la clave, el usuario tendría que realizar un curso en el que se explicarían las reglas que debe seguir durante la operativa y tendrá que superar varias pruebas para saber si es apto. Unos cursos que pueden llegar a costar miles de euros.
Una vez pasas la prueba de fondeo, el trader consigue la cuenta fondeada y a partir de ahí ya puede operar. Las empresas que ofrecen cuentas fondeadas buscan traders rentables para poder darles financiación. Es por eso que hay una serie de normas que exigen cumplir, como la pérdida máxima diaria, pérdida máxima en la cuenta, límite de lotaje con el que operar o mínimo de días operados. Cada empresa puede pedirte unas condiciones distintas, pero estas son las más comunes. ¿Por qué hacen esto? Para asegurarse de que sus traders fondeados son rentables, y sobre todo, que respetan sus normas de gestión de riesgo y tienen el psicotrading adecuado para fondearse.
“Apoyándose en un aparato de marketing muy agresivo y potente atraen a inversores epatados por la promesa de conseguir “la independencia económica” e incluso de convertirse rápidamente en millonarios, trabajando “unas pocas horas al día”, gente normalmente joven, con ganas de trabajar poco y ganar mucho…”, dice Antonio Castelo, analista de iBroker que advierte de que las empresas oferentes de estos servicios no son sociedades de valores ni brokers registrados (se denominan “compañías de trading propietario” o “prop trading firms”), tampoco son centros de formación reconocidos y los reguladores dicen que estas actividades no entran dentro de su ámbito de actuación, aunque sí estarían entre sus competencias de supervisión las distintas actividades que se pudieran realizar desde estas cuentas en los mercados financieros.
En este sentido, desde XTB, Manuel Pinto reconoce que no ve interesante ningún producto que no cuente con las garantías de la CNMV. Y de hecho, “es muy importante que el inversor sepa que cualquier producto o servicio que implique una gestión de capitales, tiene que estar bajo la figura de una gestora regulada. En caso de no ser así, el operador está realizando una actividad fuera de regulación con las consecuencias que eso puede conllevar. El cliente, por su parte, al aceptar invertir en este tipo de servicio o empresas renuncia a toda protección legal futura”.
Hay que tener en cuenta es que nadie presta el dinero gratis sin que haya un interés por otro lado. En este sentido, hay varios factores a tener en cuenta. En primer lugar, hay un porcentaje de los beneficios que va a la empresa de la cuenta fondeada. Además, para acceder a las potenciales ganancias hay que hacer retiradas desde la cuenta fondeada y éstas tributan como rendimientos del trabajo.
Además, existe el riesgo de contrapartida, “porque los pagos de la entidad prestamista no están garantizados; riesgo operacional, ya que los sistemas y plataformas están controlados por el prestamista, y riesgo de quiebra, ya que en caso de insolvencia del prestamista, el operador no tiene forma de reclamar sus ganancias. También tiene riesgo legal ya que la actividad no se realiza bajo la figura de una gestora regulada”, dice el experto de XTB.
Sobre los “fondeadores”, dice Castelo, desde que el Regulador ha prohibido facilitar cuentas demo para operar en CFDs (que son productos no listados), “hemos detectado que las “prop trading firms” requieren de brokers registrados en cuentas demo, que operen con tiempo real en productos listados. Estas cuentas son ofrecidas a sus clientes para formarse y después para operar en un supuesto real pero obviamente con una cuenta demo no se opera en real. Las órdenes que ejecutan los traders que acceden a una cuenta fondeada en realidad no van al mercado. En el poco probable caso de que un trader obtenga resultado positivo de su operativa, la firma le paga la cantidad estipulada… pero que no procede de operaciones realizadas en el mercado real, sino de las cantidades ingresadas por los cursos de formación”.
Un tipo de cuenta considerada de alto riesgo. De hecho, la CNNV lanzó en 2019 una advertencia sobre este tipo de cuentas tras haber recibido numerosas quejas de inversores particulares. Sin embargo, ni todo es blanco o negro. Entre las “ventajas” que defienden algunas de estas compañías es que permite financiarte sin exponer tu capital, se opera con dinero ajeno por lo que, en caso de pérdidas, no operas con tu capital y , en cierto modo, te obligan a ser un “trader ejemplar” y puedes ir cambiando de una cuenta a otra a medida que consigues tus objetivos.