Tras años con los tipos negativos, los clientes de la banca se han acostumbrado a no recibir remuneración alguna por sus ahorros más tradicionales, pero no siempre fue así, y las subidas de los tipos de interés abren la puerta a volver a cobrar intereses del banco, si bien con una inflación disparada por encima del 10% será difícil no perder poder adquisitivo.
De acuerdo con datos del Banco de España, las cuentas a la vista que ofrecen los bancos españoles apenas alcanzan una rentabilidad media de un 0,015% (datos de julio, últimos disponibles).
No mucho mejor es el panorama de los depósitos a plazo, con un tipo de interés medio del 0,043%, que se divide en un 0,024% en los depósitos a corto plazo (menos de dos años) y un 0,188% de interés para los saldos en productos a más de dos años.
A pesar de estas casi inexistentes rentabilidades, lo cierto es que los depósitos siguen siendo el producto favorito de las familias para guardar sus ahorros. En julio, los hogares españoles tenían ahorrado en depósitos bancarios casi un billón de euros, un nuevo récord histórico.
En concreto, son 997.400 millones de euros lo que tienen los españoles en depósitos, un aumento del 0,25% respecto a junio y del 5,8% frente a julio de 2021.
Ahora, con la senda de subidas de tipos del BCE, estos ahorros podrán comenzar a rendir como ya lo hicieron en el pasado, en el que hubo incluso una batalla feroz entre entidades para captar clientes.
Si se analizan los datos históricos del Banco de España, que se remontan a 2003, los tipos de interés de las cuentas a la vista alcanzaron un máximo histórico en julio de 2008 (el mes de la caída de Lehman Brothers) del 0,802%, más de 50 veces por encima de los niveles actuales. El mínimo fue del 0,007% en octubre y noviembre de 2020.
En cuanto a los depósitos a plazo, el tipo de interés medio ponderado más elevado de la serie histórica fue el 4,69% que pagaban los bancos en noviembre de 2008: un 4,672% en los depósitos hasta dos años y un 2,926% en los plazos superiores a dos años.