En este sentido, la consultora Amy Rose Herrick considera que a la hora de valorar si ya hemos tenido el suficiente tiempo un valor o si ya no es interesante, la clave es “sacar las emociones del proceso de inversión (…) el exceso de orgullo o de codicia nos puede costar mucho”, afirma.
Así, bankrate.com, nos ofrece cuatro guías o señales que nos pueden ayudar a decidir cuándo vender una acción:
- Cuando varían los fundamentales de la empresa. Es decir, si se desmoronan su finanzas, especialmente el crecimiento de los ingresos y las ganancias.
- Cuando el valor del título excede su crecimiento futuro. Para examinar las perspectivas de crecimiento de una empresa basta con echar un vistazo a las estimaciones de beneficios por parte de los analistas.
- Cuando el ratio precio-beneficio es demasiado alto.
S.C.