Como suele ocurrir, en momentos de crisis extremas es cuando surgen las grandes ideas. Quizás sea este el caso de las plataformas de financiación alternativas a la banca tradicional. Y es que,
Demanda de crédito en Europa en los últimos años. Fuente: Barclays
Negocios que ya están regulados
El Crowdlending registró en nuestro país una cifra de 13,7 millones de euros en 2014, desde los 2,8 millones de euros de 2013 y los 600.000 euros de 2012. Por su parte, el Crowdfunding alcanzó en 2014 un monto de 10,5 millones de euros, frente a los 6,2 millones de un año antes. Según ha ido creciendo el interés por este tipo de plataformas, la regulación ha ido de la mano. De hecho, en 2014 el gobierno aprobó el Anteproyecto de Ley para el Fomento de la Financiación Empresarial en el que regula tanto el Crowdfunding como el Crodwequity- plataformas dirigidas a profesionales que generalmente invierten de la mano de un promotor – con el objetivo de proteger al pequeño inversor estableciendo unos límites de inversión muy bajos, así como el registro de plataformas, transparencia total y un nivel mínimo de capital.
Aunque la legislación no diferencia entre plataformas, lo cierto es que hay diferencias en el registro. Mientras las plataformas de Crodwlending lo hacen en el Banco de España, las de Crowdequity en la CNMV. La regulación también establece un límite máximo por inversor - de hasta 6.000 euros en un año y limitado a 3.000 euros por proyecto - y por prestatario, que no podrá exceder el millón de euros. Se deja claro que las plataformas actúan como meros intermediarios no pudiendo coinvertir en los proyectos. Además, estas plataformas no pueden obtener sus ingresos como comisiones de éxito por parte de las empresas si no que lo harán exclusivamente de los inversores.