Lo cierto es que los criptoactivos se han consagrado como un elemento más para incorporar al portfolio. En este sentido, Emérito Quintana, asesor de Renta 4 multigestión en Numantia Patrimonio Global, explica que lo que tienen en el fondo es bitcoin indirectamente a través de acciones de Microstrategy, unos 48 bitcoins que equivalen a un millón y medio de euros.
"Todo empezó en 2019 con un amigo que sabe sobre sistemas informáticos y teoría económica y monetaria y en el fondo empezamos a invertir en septiembre u octubre del año pasado. Durante esos meses, probablemente por un problema de carácter regulatorio, las acciones de Microstrategy se comportaron como un bitcoin al cuadrado ya que subieron muchísimo más y llegó un punto en el que la valoración no tenía demasiado sentido o pagabas una barbaridad por el negocio de software o pagabas por cada bitcoin 150.000 dólares. Entonces, cuando la valoración sí tenía sentido en octubre comprábamos y cuando no tenía sentido vendimos, cállalo cotización a la mitad y el porcentaje de bitcoin sobre la capitalización se fue aumentando y desde marzo o abril volvemos a tener un 6% del fondo en Microstrategy con exposición directa a bitcoin. Ahora, con la nueva regulación sé que si no tiene sentido tener Microstrategy tengo esa alternativa de comprar ETP 100% respaldados como el Wisdomtree y puede que lo usemos en el futuro".
Quintana cuenta que si eres un fondo más comercial no puedes hacer cosas así porque igual la gente no lo va a entender muy bien pero como yo gracias al fondo puedo hacer lo que quiera con mi criterio puedo hacer cosas más “polémicas”, "pero para mí no es polémico porque, aunque sea un activo que en este proceso de descubrimiento es muy volátil, la seguridad intrínseca es muy elevada y yo lo veo como “oro digital” o como un inmueble era un escaso espacio inmobiliario digital, entonces, desde ese punto de vista, estoy muy tranquilo", añade.
La manera de explicarle a los partícipes el posicionamiento de la compañía con respecto al bitcoin es incidir en que no tiene flujos futuros, no es un activo financiero normal, es un bien monetario, un activo real y es como un lingote de oro. "Ahora lo explico como un seguro que protege ante ciertos escenarios", matiza Quintana.
Daniel Díez, responsable de Innovation & Ventures Go-to-Market de Accenture, asegura que, con respecto a la entrada del sector financiero en el universo blockchain, estamos viendo la huida del inversor mayorista y el mercado europeo, prácticamente igual. EEUU es de las pocas economías que exporta inflación al resto del mundo y cabría esperar que esto les afecte a nivel de mercado europeo. Ahí es donde se verá, en concreto, que bitcoin sea el vehículo de protección ante determinados sucesos.
"Vemos una optimización de los modelos de negocio pero de nada sirve tener un sistema de pagos basado en un tercero a menos que toda la estructura completa esté basada y sea instantáneo", puntualiza, Díez.
Además, Daniel Díez piensa que, en cuanto al cambio que supone la criptoeconomía para una entidad como Accenture, hay proyectos más relacionados con la parte financiera de blockchain como temas de trazabilidad o temas de gestión de riesgo, a nivel de seguros... todo lo que tiene que ver con veracidad es una parte muy importante de lo que hacemos. Nuestro último proyecto es protocolo de identidad para varios proveedores de mensajería.
Para los clientes, lo cierto es que el camino hasta que operan en una entidad financiera en un entorno descentralizado, es muy complicado, sobre todo por la parte cultural de muchas entidades. Si soy un TIER2 ese riesgo no tiene un retorno tan claro.
En el día a día, algo muy relevante son las DeFi o finanzas descentralizadas, donde tenemos siempre confianza, por la propia custodia de los stablecoins que estamos utilizando.
Miguel Caballero, Ceo y cofundador de Tutellus, recuerda que en 2017 lanzaron uno de los primeros tokens de la industria educativa, pagábamos a los alumnos por aprender en función de la interacción. A partir de 2019 nace el área formativa dirigida a crear ecosistemas de productos cripto, tokens, etc. empezó como una prueba de concepto y se ha convertido en un programa formativo con 18 ediciones por los que han pasado más de 400 personas y hemos generado más de 30 proyectos de los cuales 10 son empresas y 140 puestos de trabajo directos.
Desde un punto de vista de tokenización, teniendo en cuenta lo que está funcionando y de qué manera el inversor puede participar de este ecosistema, Miguel Caballero cuenta que estos últimos 12 meses han sido los que más cambios han registrados. En cuanto a proyectos, hemos empezado a potenciar algunos relacionados con el sector inmobiliario, como Onda Serrano, una promoción inmobiliaria en Málaga, que se está financiando por tokens divididos en dos tipos: uno de interés fijo al 10,5% anual y otro que paga un interés variable tasado a 30 meses en casi a un 30%.
Además, el Ceo de Tutellus explica que hay un tema fundamental que es la liquidez. Cada proyecto lo acompañamos de liquidez real, pero la posibilidad de poder salirte de una inversión cuando te dé la gana sin tener un comprador al otro lado de la mesa es tremendo. Eso lo estamos viviendo en el inmobiliario, con los NFTs y lo estamos lanzando con las empresas que tenemos para generar equity tokens.
En este sentido, tener un token que represente los derechos económicos de una participación social y poder hacer líquidos esos derechos o tokens, es fundamental. Es secundario aquello del acceso a la gente de todo el mundo, por lo que el elemento diferencial con respecto a otro tipo de inversiones es la liquidez.