¿Cómo ve las perspectivas del mercado global para 2020?
Es un buen punto, los principales factores de impulso en el mercado han sido los tipos de interés y las políticas monetarias. Los bancos centrales han estado presionando a los tipos de interés, tras la aprobación del Quantitative Easing (QE) y de todas las herramientas que tenían.
Si se observa la evolución de los beneficios en el mercado, no fueron positivos durante 2019 al producirse una revisión sustancial de las expectativas de ganancias. Las perspectivas para este año dependen de la política monetaria, sabemos que las políticas fiscales han sido impulsadas mucho más que en el pasado y que podríamos lograr un mejor equilibrio entre ellas en el futuro.
Con la esperanza de que la contribución de la política fiscal estimule al mercado, esperamos que los beneficios empresariales mejoren gradualmente. Confiamos en que se produzca una estabilización del comercio después de un 2019 en el que se ha desacelerado por cuestiones políticas, por lo tanto somos razonablemente constructivos en términos macroeconómicos tras un largo período de aranceles. Los tres aspectos que marcarán las perspectivas de este año en los mercados serán los resultados empresariales, las políticas fiscales y monetarias.
La guerra comercial ha sido uno de los focos principales de tensión para los mercados durante 2019. ¿Cuál es su valoración sobre el acuerdo entre China y Estados Unidos?
Creo que hay muchas razones para un acuerdo comercial. La primera fase ya se ha firmado, y lo que hay que tener en cuenta es que es sólo una etapa muy temprana de todo el camino a recorrer. El compromiso inicial de China es comprar más productos de EEUU principalmente agrícolas, al mismo tiempo que EEUU ha indicado que algunos de los nuevos impuestos esperados sobre las importaciones chinas no entrarán en vigor. Obviamente, hay muchas cosas que todavía no se han acordado como las cuestiones tecnológicas entre esos dos gigantes que ambicionan con gobernar el mundo. Probablemente el acuerdo que se ha firmado sea una base para estabilizar las cosas a corto plazo, pero la mayor parte de las cuestiones aún se deben debatir y acordar con el tiempo.
La japonificación es un tema que ha tratado la gestora en su asignación de activos. ¿Puede explicarlo?
Esencialmente, uno de los mayores temores que se podría tener principalmente en Europa es que la economía siga el mismo destino que el que vimos en Japón con la llamada japonización. Esto fue esencialmente un fracaso de los vencimientos para lidiar con la deflación después de los problemas bancarios que hubo en Japón.
Si se compara la situación europea frente a la japonesa hay algunas similitudes, pero también algunas diferencias. Se podría decir que en gran medida los políticos europeos y la política monetaria en particular han actuado mucho más rápido que sus homólogos japoneses para combatir este riesgo potencial de deflación. Las expectativas de inflación, aunque todavía no están donde deberían, se podría decir que con el arsenal de medidas que se han implementado en Europa, probablemente gane más importancia que el que teníamos en Japón en el momento del nacimiento de la burbuja.
El sector financiero arrastra esos problemas, aunque se han abordado un poco antes en Europa que en Japón. En general, no excluiría el riesgo de que Europa viva una japonización porque hay similitudes, por ejemplo, en términos demográficos en algunos países europeos, pero también hay diferencias como las empresas de servicios públicos europeas que no cuentan con riesgos deflacionistas.
¿DPAM descarta las consecuencias negativas del Brexit con el objetivo de impulsar la inversión en renta variable europea en los próximos meses?
El Brexit ha sido un tema muy relevante para el mercado europeo y aún más, para las estrategias de valor y de dividendos. Es importante tener en cuenta que, en general, ha estado marcando a los mercados. Las cuestiones políticas están creando volatilidad en Europa, pero la mayoría de las veces la trayectoria macroeconómica a medio y largo plazo no se ve totalmente afectada por esos eventos políticos.
A finales de este año, el enfoque del mercado fue centrarse en la valoración de las empresas que, debido al Brexit, se encuentran con un descuento excesivo con respecto a sus perspectivas de beneficios. Hay oportunidades en sectores como las aerolíneas, rehabilitación de edificios entre otros… Todavía estamos viendo oportunidades en compañías domésticas británicas porque siguen cotizando con descuentos, ya que en el mercado todavía no se ha eliminado del todo la posibilidad de que haya una interrupción total del Brexit, aunque nuestro escenario central es que se produzca la firma final del acuerdo entre Boris Johnson y la UE en los próximas días o semanas.
¿Cuál es su valoración del mercado de renta variable europeo?
Estos mercados están yendo a dos velocidades. Por un lado, tenemos compañías y sectores que han respondido extremadamente bien a la reducción de las tipos de interés y, por lo tanto, su desempeño ha sido impulsado por las políticas monetarias, pero hablamos de empresas con elevadas valoraciones, ya que son sectores de crecimiento. Por otro lado, hay sectores dentro de los mercados europeos, que diría que su desempeño, siendo positivo, es probablemente menos espectacular que el que han protagonizado las empresas de crecimiento, y son aquellos sectores más ligados a la inversión en valor y a altos dividendos.
Si estamos en una situación en la que las tasas de interés a largo plazo pueden estabilizarse o pueden moverse ligeramente hacia arriba, creemos que esta parte del mercado que cotiza más barata tiene perspectivas positivas. Para los sectores de crecimiento, mucho dependerá de lo que suceda con los tipos de interés y también en los mercados de bonos, ya que si caen podemos esperar que sigan teniendo potencial.
¿Cómo puede explicar el enfoque dinámico de la inversión en dividendos?
El enfoque dinámico en la inversión en dividendos no se centra en la historia de dividendos de la compañía, sino en el futuro en base a las perspectivas que tiene la compañía o el enfoque específico que tiene DPAM en aquellas empresas que no sólo ofrecen una rentabilidad por dividendos sostenible por encima de la media, sino que realmente tienen una trayectoria, así que esencialmente tratamos de trazar una disciplina de valoración.
Se necesitan conocer los criterios que tiene una empresa para elevar los dividendos, pero al mismo tiempo saber que los fundamentales que tiene la compañía son sostenibles, con una valoración ajustada. Nuestro enfoque dinámico se va ajustando con el mercado, no es una estrategia inamovible, está enfocada en el futuro y en las perspectivas que lanza la compañía y no en el pasado.
Además, nuestro fundamental tiene en cuenta criterios ASG, en el que evaluamos las perspectivas de la compañía en función de parámetros de buen gobierno y el entorno social en el que opera, que en gran medida marcan su evolución tanto de negocio como en los mercados.
¿En qué se diferencia la estrategia de dividendos de DPAM respecto a las otras gestoras?
Creo que es realmente importante entender que tras un año en el que vimos un gran liderazgo de las compañías de crecimiento, gracias al impulso que le han proporcionado los bajos tipos de interés y las expectativas de inflación, se han producido unas valoraciones sin precedentes para algunos activos. Las personas que buscan esencialmente una sólida rentabilidad en el mercado tienden a olvidarse de que hay una parte de los mercados que cuenta con valoraciones más bajas, con múltiplos más bajos en relación a los tipos de interés y las perspectivas de inflación.
Creemos que los inversores han estado impulsando los valores de crecimiento en los últimos años casi exclusivamente, por lo que creemos que hay que diversificar un poco y exponerse a compañías de valor con calidad en este momento del ciclo, en el que hay oportunidades en valores de alta rentabilidad por dividendo. Compañías que ofrecen una rentabilidad por dividendo atractiva por encima de la media del mercado y con una trayectoria sostenible. ¿Porque creemos que es el momento de esta estrategia? En DPAM, tenemos una valoración relativa sin precedentes entre las compañías de crecimiento y valor, al mismo tiempo estamos viendo que la perspectiva de ganancias se contraen y que los efectos secundarios de los tipos bajos están empezando a afectar a la economía europea. La política monetaria basada en la Expansión Cuantitativa ha generado estas distorsiones, por lo que deseamos que la política fiscal empiece a acompañar a estas políticas monetarias con el objetivo de ayudar a impulsar a la economía europea. La estrategia DPAM Invest B Equities World Dividend es una de las maneras para acceder a esos segmentos de valor.
¿Cuál es la asignación sectorial del fondo?
Es bastante simple, dentro de los fondos de dividendos de DPAM no tenemos asignaciones a sectores concretos, aunque puede haber desviaciones hacia sectores fruto del proceso de selección de valores de abajo arriba (‘bottom up’). Nuestras carteras se construyen junto a un equipo de análisis en función de una selección de valores en base a los fundamentales de las compañías. Puede haber sectores que presenten características más atractivas que otros, pero insisto que sea esto un proceso de selección de compañías y no una visión arriba hacia abajo (‘top down’).
¿Podría dar algún ejemplo de alguna empresa que tiene en cartera? ¿Qué compañías cree que pueden tener una rentabilidad por dividendo por encima de la media en 2020?
Sí, nos gustan empresas de diferentes sectores que a veces no son plenamente reconocidas por los mercados. Cuando se trata de los mercados españoles, mencionaría el caso de una compañía como Sacyr, una empresa muy infravalorada por los inversores, ya que la visión sobre la empresa se ha enfocado en su deuda histórica. Sin embargo, creemos que la dirección actual está gestionando el capital con disciplina centrado en su negocio de construcción, cuenta con activos de calidad y creemos que puede ser reconocida por los mercados en los próximos años.