En la definición financiera del denominado Credit Crunch o la crisis de crédito, encontramos que es una situación económica en la que las instituciones financieras reducen su actividad crediticia, o bien, se endurecen los requisitos para obtener un préstamo, lo que nos lleva a una menor disponibilidad de los créditos, como indica Spirosoft.

Atendiendo a esos parámetros, desde Morgan Stanley, su estratega de acciones para Estados Unidos, Mike Wilson, se dirigía a los inversores como cada lunes el pasado día 17 en su habitual podcast de media mañana en su oficina de Nueva York, e indicaba que, una vez que sucedió el colapso de varias entidades financieras medianas en Estados Unidos, con el Silicon Valley Bank a la cabeza, se planteó la posibilidad de una crisis de crédito, e indica que, con los datos en la mano, considera que la crisis financiera, ya ha comenzado.

Considera, en concreto, que los datos muestran “una mayor disminución registrada en dos semanas en los préstamos de los bancos, ya que venden simultáneamente hipotecas y bonos del Tesoro a un ritmo récord para compensar la fuga de depósitos”.

En una progresión que llevaba en la semana intermedia de abril a caídas en los préstamos por valor de 105.000 millones de dólares, mientras que señala Wilson en ese podcast, la retirada de los depósitos se eleva hasta casi contabilizar el billón de euros, desde que la Reserva Federal de Estados Unidos comenzó a subir los tipos desde el 16 de marzo del pasado ejercicio.

Y todo esto ha añadido una gran presión al crecimiento del crédito al otro lado del Atlántico. De ahí que consideren desde Morgan Stanley que, a pesar de la buena resistencia mostrada por los indicadores, en especial por el Nasdaq, esa caída del crédito se mantiene, por lo que podrían producirse mayores recortes en los indicadores. Algo, que también podría afectar de modo especial a los beneficios de la empresa. Y estima que es algo muy factible, en especial no solo en la actual temporada de resultados, sino en los trimestres próximos a medida, señalan, que el crecimiento corporativo de los ingresos se desacelera.

Pone además el foco en la marcha de la inflación para seguir con detalle esta de esta dinámica de desaceleración, porque lo considera el factor fundamental que ha mantenido el crecimiento de las ventas en muchos factores. Y estima que, si estas empiezan a fallar, el deterioro de los márgenes podría acelerarse.

Mike Wilson no es el primero que ha marcado esta dinámica, también lo ha hecho el exsecretario del Tesoro Larry Summers, ante lo que considera sería, de concretarse y prolongarse en el tiempo, una pesadilla de larga duración, ligado a las probabilidades de recesión en Estados Unidos.  “los riesgos de crisis crediticia, la necesidad de continuar la acción en torno a la inflación, el riesgo de shocks geopolíticos u otros que afecten a las materias primas, el 70 por ciento sería el rango en el que estaría si habláramos de recesión en Estados Unidos”.

Bloomberg destaca que la situación real es que las pequeñas empresas señalan que nunca ha sido tan difícil, en la última década, pedir dinero prestado. A esto se une que la deuda corporativa en niveles de dificultad se ha elevado un 300% en el último año, lo que deja de facto, fuera del mercado a mayor número de empresas.

Con quiebras en aumento, especialmente en dos sectores, tanto el del comercio minorista como el de la construcción, aquejado por los problemas del sector inmobiliario en Estados Unidos, mientras la Reserva Federal reconoce que los bancos han endurecido los estándares para la concesión de crédito. Todo ello bajo el incremento tanto de los impagos en los bonos como de los préstamos.

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