La inflación interanual en Estados Unidos saltó del 1,7% en febrero al 2,6% en marzo, el nivel más alto en dos años y medio. ¿A qué se debe este incremento? ¿El dato puede influir en los siguientes pasos que dé la Fed?
Llevamos observando una subida espectacular de las materias primas durante los últimos meses. Y este es el primer elemento que presiona la inflación al alza. Una vez que suben las materias primas, los productores de bienes y servicios ven cómo se encarece el proceso de fabricación y eso se traslada a los costes de producción, que también han sido muchos más elevados que los que registrábamos en 2018 y 2019, tanto en EEUU como en Europa. En Europa vamos un poco por detrás, en EEUU vimos como esos costes de producción habían subido un 4,2% y afectan a productos básicos o de la cadena intermedia de fabricación como plásticos o productos relacionados con acero. Al final, son elementos muy típicos en la construcción de coches, de consumo de los hogares. Por tanto, da la sensación de que lo que faltaba por ver lo vimos el otro día. Después de las subidas de materias primas y trasladarlo a la cadena de producción ahora llega al consumidor. Lo normal es que una empresa cuando ve que se encarece el coste de producir un bien o un servicio nos e coma ese coste extra porque sino reduciría su margen de beneficios, sino que traslada ese coste al consumidor final. Entonces es cuando aparece el dato de IPC. Vimos un 2,6%, que es uno de los datos más altos de los últimos años. Probablemente vamos a seguir viendo subidas de la inflación a lo largo de los próximos dos trimestres, porque además hay un factor que llamamos efecto base. Y es que comparamos año contra año y la fase más dura de la pandemia se vivió a partir del mes de marzo del año pasado en adelante. Es probable que, al menos en el corto plazo, la inflación se convierta en un tema candente, porque será niveles superiores al 2% que tanto se comentaba por parte de los bancos centrales.
Los índices a uno y otro lado del Atlántico están atentos a la publicación de resultados empresariales del primer trimestre de 2021. ¿Estas cifras podrían decepcionar a las bolsas?
Creo que no, pero por una razón muy sencilla. La bolsa no hace mucho caso en estos momentos ni a los datos macro ni microeconómicos, entendidos por la evolución de la economía y los resultados. El año pasado terminamos en máximos históricos en la bolsa estadounidense y la alemana pese a que la recesión que estábamos viviendo era la peor del último siglo y la realidad es que cuando uno mira las estimaciones de beneficios por acción que se esperan, el EPS en nomenclatura anglosajona. Descubrimos que con todo el ánimo que hay ahora positivo, lo cierto es que ese dato es exactamente el mismo con el que se trabajaba en enero del 2020. Por otro lado, para esos mismos beneficios por acción, la realidad es que la bolsa cotiza un 20% por encima de esos niveles de enero de 2020. Esto quiere decir que los inversores ya han anticipado con creces la recuperación económica y de los resultados empresariales, hasta el punto de pagar unos múltiplos un 20% por encima de lo que estaban dispuestos a pagar hace escasamente un año y dos meses. Esto quiere decir que con independencia de lo que ocurra probablemente con los resultados empresariales, el sentimiento inversor no se mueve ni por factores macro ni micro, se mueve básicamente por una concepción de que no hay riesgo a la baja debido a las actuaciones continua de estímulos por parte de gobiernos y bancos centrales.
Por otro lado, estamos ya acercándonos al mes de mayo. ¿Cree que volverá a cumplirse la famosa frase de “sell in may…”? ¿Cómo se deben preparar los inversores ante este periodo?
De este tema voy a hablar largo y tendido el día 17, este sábado tenemos el Investors Day en XTB. Es un momento creo muy interesante para que todo el mundo asista. Es gratuito y se puede ver a través del canal de Youtube. Vamos a hacer un compendio de altísimo nivel de profesionales que están gestionando actualmente o que han gestionado hasta hace poco fondos de inversión, y que han estado involucrados en todo tipo de estrategias. Nos van a dar una opinión muy variada de cómo ven lo que puede ocurrir en los mercados tanto en 2021 como en 2022. Se pueden apuntar simplemente a través de los canales de Youtube o las páginas web de XTB tanto en España como en Latinoamérica.
Voy a hablar de si estamos o no ante una burbuja bursátil y precisamente, no quiero anticipar el resultado, pero para mí, los meses de mayo y junio pueden ser meses conflictivos desde el punto de vista de correcciones importantes, si bien no creo que el final de este movimiento al alza de las bolsas lo vayamos a ver realmente hasta el año que viene.
La OPEP ha elevado su previsión de demanda petrolera para 2021 en 70.000 barriles, hasta los 5,95 millones de barriles por día (bpd). ¿Dónde ve usted los precios del petróleo en el medio plazo?
Creo que el precio del petróleo es una función de dos partes. Una es la demanda y otra es la oferta. Entonces, que la OPEP esté previendo un aumento en la demanda mundial, que está bastante defendido desde el punto de vista de la recuperación económica. Es normal que si las economías salen de los confinamientos gracias al proceso de vacunación y volvemos a restaurar crecimientos económicos más solidados, que la demanda de crudo aumente tiene toda la lógica del mundo. Por ese motivo, ellos están anunciando que en mayo, junio y julio van a ir aumentando la producción a un ritmo de 350.000 barriles diarios. Por otro lado, o hay que olvidar que Arabia Saudí de alguna manera había hecho un recorte de producción voluntario que también está dispuesta a ir eliminando a lo largo de los próximos meses. La última incógnita es si las negociaciones que se están llevando a cabo entre EEUU e Irán para revertir el movimiento que hizo Donald Trump en el momento en el que salió de forma unilateral en el que estaban metidas las siete grandes potencias económicas del mundo. La pregunta es si la vuelta a la concordia puede eliminar la sanción a la exportación de crudo iraní, en cuyo caso todavía habría más producción en el mercado. Mi sensación es que el aumento previsto de la demanda va a estar respondido por el aumento de la producción. Personalmente, creo que no hay que descartar que el crudo de aquí a fin de año pueda alcanzar cotas de 80 dólares por barril. Si lo hiciese, en ese entorno hay una gran oportunidad de venta. Se podría ver alguna corrección previa hacia los 50 o 51 dólares, especialmente si se cumple la idea de una corrección bursátil relativamente severa en los meses previos al verano.
También en el mercado de materias primas, el oro logra mantenerse por encima de los 1.700 dólares por onza. ¿Qué factores mueven el precio del metal precioso? ¿Lo ve recuperando niveles cercanos a los 2.000 en el medio plazo?
Se habla muchas veces de si el oro y la bolsa o el oro y el dólar… la realidad es que el activo con el que el oro tiene una máxima correlación es con el tipo de interés real a largo plazo. En este caso, el tipo de interés real del bono estadounidense a 10 años. Si ponemos los gráficos superpuestos, descubrimos que ese elemento justifica al 90% lo que hace el oro. El tipo de interés real no deja de ser el tipo de interés nominal menos la inflación. Hasta ahora hemos pasado una década donde la inflación apenas se ha movido entre el 1% y el 2% en EEUU. Po tanto, era una variable muy estable. Por el lado de los tipos de interés, evidentemente, el movimiento que hemos estado viviendo hasta hace unos meses eran bonos al alza, tipos de interés cada vez más bajos. DE hecho, el bono estadounidense a 10 años marcó una rentabilidad del 0,50 en marzo del año pasado, en el momento más duro de la pandemia, y desde entonces ha estado recuperándose hasta cotas del entorno del 1,7/1,75%. En la medida en que la inflación todavía no tenía una lectura al alza, ese movimiento de tipo nominal cada vez más alto no favorecía al oro. Pero en el momento en que la inflación empieza a repuntar, que es lo que vimos con el dato del 2,6%, el tipo de interés real se pone más negativo todavía. La inflación es claramente más alta hoy, en ese 2,6%, que el tipo nominal de 1,6% por redondearlo. Tendríamos tipos de interés reales negativos del -1%. Cuanto más negativo sea el tipo de interés real, más fácil es que el oro suba. Como tengo una percepción de que el movimiento de la inflación al alza es probable que siga avanzando durante los próximos dos trimestres y no van a permitir que el bono alcance rentabilidades mucho más elevadas del 2% eso implicaría tipos de interés reales cada vez más bajos, lo cual justifica tener una visión positiva en el oro y que alcancemos de nuevo esa cota de los 2.000 dólares.