Estamos pendientes de las políticas de Janet Yellen, pero también en Europa Mario Draghi. Amplía las compras en plazo y tiempo hasta diciembre de 2017 pero va a reducir la cantidad de 80.000 a 60.000 millones de dólares. ¿Cómo interpreta usted esta noticia?
Es un primer paso para terminar con las intervenciones en el mercado. No creo que podamos siquiera terminar con el plazo que ha comprometido todo el año las compras de duda puesto que el movimiento inflacionario lo más seguro es que se produzca a nivel global. Estamos viendo como los precios de producción en China están positivos por primera vez en muchos años. Los precios de producción en Alemania están positivos también. Eso tarde o temprano se va a terminar trasladando en Europa, no con tanta intensidad, pero lo más seguro es que veamos como la inflación empieza a acercarse a los objetivos que tiene marcados el BCE, lo cual no justifica que se siga manteniendo esta política. Sí es verdad que va a ser difícil de parar en cuanto al problema que hay de sostenibilidad de las finanzas públicas de algunos países como Italia o Portugal, en cuanto a cómo se va a poder seguir emitiendo deuda pública a tipos de interés que ahora mismo no llegan al 2%. Ya veremos cómo consiguen paralizar estas compras sin afectar demasiado a los costes de estos países en cuanto a su financiación.
Más que una crítica tan directa a los periféricos casi es más a la política de austeridad que desde Alemania se lleva siguiendo mucho tiempo y que produce que el mayor desajuste que hay ahora mismo económico sea más palpable en Alemania. Lo único es que ese ajuste viene por un exceso de superávit de la balanza comercial que hace que tenga un 10% en la balanza. Si Alemania fuera un poco más laxo en cuanto al gasto público con aumentos de salarios y demás, este problema sería algo menor. Se podría arreglar de alguna forma con transferencias que ayuden al gasto y a la economía europea en general.
¿Mejorará la situación de la banca con este escenario?
La situación de la banca es realmente complicada de analizar. El año pasado parece que no hacían caso a nadie de los problemas que había e incluso mantenían sus posiciones vendidas en el sector bancario. Este año hemos apostado con los precios más bajos en el sector bancario y ahora estamos más neutrales en cuanto a la futura evolución. Esto lo hemos hecho porque si en principio lo que es la generación de negocio de los bancos ayuda a la inflación, porque disminuye el valor de las deudas que tienen que finalmente recuperar en sus carteras de crédito, pero también afecta a la valoración de esos activos que tienen en cartera. La subida de tipos de interés hace que baje la deuda pública, que ahora mismo estamos en máximos de cartera de deuda pública en los bancos europeos. Igualmente que cuando los tipos de interés se ponen en negativo el valor de todas esas carteras de renta fija aumenta su valor de forma muy importante. Si la subida de tipos de interés es demasiado brusca puede que la minusvalía que obtengan en la valoración de sus carteras sea más importante incluso que el crédito. Además, subidas de tipos no mejoran o ayudan desde luego a que haya una caída en cuanto al ratio de impagados. Eso es lo que principalmente hay que estar vigilantes para este próximo año si las subidas de tipos afectan o no a la capacidad de repago de las compañías en cuyo caso podríamos encontrarnos con una situación muy similar a la del 2008 o incluso peor porque los niveles de deuda a nivel mundial han crecido desde ese año de una forma muy acusada. Es cierto que la capacidad de repago con estos tipos tan bajos no tiene excesivo problema, pero en cuanto empiecen a subir los tipos podemos empezar a encontrarnos en donde podemos tener el próximo disgusto.
Usted gestiona el Global Allocation, que es un fondo mixto. A diez años está tercero en Morningstar. ¿En qué situación está actualmente el fondo?
Ahora mismo estamos analizando estos últimos días del año tienen unos componentes extraños en cuanto al comportamiento de los mercados, especialmente porque hay mucha gente que tiene que terminar con los balances sin utilizar. Temas fiscales, o de salir en la foto a final de año. La verdad es que estamos perdidos en cuanto a cómo pueden ser los últimos días de año. La gente aprovecha estos últimos días de extrapalancamiento y no quiere que salgan si afecta a favor o en contra. Estamos cautos en toda la cartera y esperando un poco a ver esos primeros días de enero que pensamos que puede seguir teniendo una corriente positiva y de hecho algún susto habrá durante el primer trimestre. Pero podamos ver hasta que no se vea de fondo ya cómo empiezan a reaccionar los mercados de crédito y los tipos de interés la alternativa ahora mismo de inversión no es otra que la bolsa. Entendemos que durante este primer semestre salvo algún susto podemos ver más o menos unos mercados comportándose en condiciones, quizá mejor Europa.
Sin embargo, el mercado norteamericano sigue en máximos…
Este año ha cambiado bastante la percepción y las recomendaciones de las principales casas se vuelcan más en Estados Unidos. Después de tantos años se centran ya este año en EEUU. Por eso digo que quizá la sorpresa pueda ser Europa en cuanto a que se presenta mucha incertidumbre con las elecciones como en Francia, o con Italia con el no al referéndum que hacen que el asset allocation sea más prudente en Europa que en EEUU.
¿Cómo gestiona el riesgo viendo todo lo que ha pasado este año como el Brexit, o la elección de Trump?
Tenemos un enfoque de cartera claro. Separamos nuestra visión de largo plazo de intentar después hacer entradas y salidas más tácticas. Tenemos una visión que durante este año ha sido de intentar controlar el riesgo sin controlar la volatilidad. Hay muchos que puedan pensar que es lo mismo, pero nosotros intentamos distinguir bien. Posiciones de bolsa parece que tienen cierto sentido, siempre y cuando se tuvieran cubiertas posibles subidas bruscas de tipos de interés. Estamos en un momento en el cual los precios de los bonos están rozando lo que podíamos llamar una burbuja o sin rozarlo. Que en un momento dado esa burbuja de renta fija pueda pincharse y haber una huida en masa no va a ser bueno para los activos de renta variable y además afecta mucho a la valoración de los propios activos de renta variable. A medio y largo plazo sí vemos que hay un paralelismo normal entre los rendimientos de una clase y otra de activos. Sin embargo a corto plazo funciona al revés. Eso significa tener posiciones en bolsa y cubiertas con posiciones vendidas en bonos o apostando alzas de tipos de interés en el corto plazo supone mucha volatilidad. De hecho, hemos batido nuestro propio récord el día del Brexit este año en cuanto a mayor movimiento que hemos tenido en un solo día en más de diez años. Sin embargo, son movimientos que en seguida se revierten otra vez porque en el momento en el que los tipos de interés caen mucho dan un soporte adicional a la valoración de las bolsas. Al revés también. Si los tipos de interés se ponen a subir hay que ser más cautos en otros activos de riesgo. En ese equilibrio estamos pensando que a lo mejor puede ser un año de bastante volatilidad, intentando tener los riesgos, al menos los grandes, medio tranquilos.
Llevan una gestión muy activa de la cartera. ¿Cómo controlan ese factor emocional?
Con una disciplina bastante alta. Primero tácticamente tratamos de determinar cuál es ese sentimiento para intentar hacerlo de la mejor manera posible a la contra. Entendemos siempre que la valoración de los activos está por un lado su valoración fundamental y por otro lado su valoración emocional. En esta valoración emocional a veces importa mucho cuanto se puede desviar de su valor intrínseco prácticamente todos los activos: desde una acción a unos bonos de un país y la bolsa en general. Es uno de los factores para tener un rendimiento de largo plazo.
Tienen una rentabilidad anualizada de más del 18% en los últimos diez años. ¿Tienen algún objetivo en este sentido?
El objetivo es tener un riesgo similar al que tenga la bolsa. A veces tenemos un poco más, volatilidad en el corto plazo, pero tener una sensación de riesgo que no sobrepase a la de una inversión en bolsa y de rentabilidad obtener la máxima posible. Tratar de obtener lo máximo que se pueda dentro de un orden de riesgo que no sobrepase al que pueda soportar un inversor de bolsa tradicional.
¿Les ha beneficiado toda la campaña de la comercialización de fondos mixtos?
No, la verdad es que en absoluto. Estas campañas están orientadas a los clientes de las oficinas bancarias que es la gran parte de la distribución de los fondos en España, pero más a un perfil de riesgo muy moderado, digamos como empujando al cliente a un poco más de riesgo de lo que el cliente pueda tener en fondos monetarios o de renta fija que al tener rendimientos negativos y comisiones más bajas al final es un producto en el que no gana nadie. Con más de riesgo se espera tener algo de más retorno. Nuestro producto se separa de esta filosofía y es más para un inversor que busque un rendimiento en el largo plazo similar al que pueda obtener similar a la bolsa.