Francia ha sido denominada en muchas ocasiones como “el elefante en la habitación” de la crisis soberana de la Zona Euro. Con Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia amenazadas claramente por los insostenibles costes de financiación, la economía gala ha esquivado la primera línea de la debacle económica, pero siempre bajo la alargada sombra de la amenaza de ser la siguiente. El nuevo primer ministro, el español Manuel Valls, ha necesitado solo dos semanas en el cargo para tomar medidas drásticas que pretenden alejar ese riesgo. Ayer anunciaba la congelación de pensiones y salarios públicos durante un mes y medio y, “aunque la debilidad de sus previsiones a largo plazo se mantiene, estos anuncios ofrecen la esperanza de que Francia poco a poco solucione sus significativos problemas de competitividad”, opinan los expertos de Capital Economics.

La idea es reformar la “moribunda” economía francesa, tal y como la definen estos analistas, para cumplir con el compromiso de reducir el gasto público en 50.000 millones de euros, un 2,4% del PIB, entre 2015 y 2017. Y no solo con la congelación anteriormente citada y la reducción de gastos en la Seguridad Social, sino también con estímulos para empresas y propietarios de viviendas en forma de recortes de impuestos por 11.000 millones, un 0,5% del PIB. “No se sabe cómo se financiarán esas rebajas fiscales”, advierte Capital Economics.

Además, Francia ha reiterado su compromiso de reducir el déficit al 3% el año que viene, desde el 4,3% de 2013, por lo que esas exenciones podrían estar en peligro. Otra lectura importante del posible incumplimiento del déficit en Francia es que podría minar las relaciones de París como sus socios europeos y, en especial, debilitar el trato con Alemania, después de que el eje París-Berlín haya dirigido la política europea en los últimos años.

Su conclusión es que “Francia está en el camino de la recuperación, pero va por el carril lento. La segunda mayor economía de la Zona Euro solo aportará un modesto crecimiento a sus vecinos, incluso más débil que España o Italia”.

M.G.