Seguimos en un entorno de alta inflación, que podrían mermar los recortes de tipos. Pero esto no quiere decir que venga una recesión mañana o grandes caídas en los mercados en los próximos días. De hecho, hemos visto inflaciones muy altas, por ejemplo, en Turquía y, sin embargo, el índice MSCI de Turquía lleva una rentabilidad superior incluso a la de EEUU hablando en dólares. Por tanto, no hay que temer tipos altos más tiempo, hay que ver en dónde poder posicionar nuestras carteras para poder aprovecharlo de la mejor manera.
Con ello, a niveles estratégico, hay que continuar en el S&P 500, que ha roto 24 veces este año sus máximos históricos; hemos visto también récord históricos en el NASDAQ y en el DOW JONES; seguimos confiando en que los resultados empresariales influirán positivamente en los índices, sobre todo liderados por las empresas tecnológicas y en particular, la inteligencia artificial o los semiconductores; Japón ha subido muchísimo y tiene todo en las condiciones a día de hoy para seguir subiendo; vamos recuperando el optimismo en China; estamos positivos también en materias primas como oro o plata a través de ETFs; también los ETFs de IA o semiconductores, que están subiendo a gran velocidad.
En el mercado de divisas confiamos más en el dólar que en el euro, que, con ese recorte de tipos en Europa, podría ir poco a poco a cambiarse al 1,05 en el tipo de cambio, y también confiamos más en la apreciación de la libra que en el euro.
En cuanto a la renta fija, tenemos más dudas. Es cierto que el inversor que quiera generar un cupón, una rentabilidad de un 5% con un bono americano de dos-tres años, la situación es buena. Y eso es uno de los factores que ha llevado la economía americana a tener mejor resultado, porque el ahorrador por fin tiene ese estímulo y ganancias que antes no tenía. Pero para el inversor que vaya a una generación de apreciación, vía precio, el escenario en renta fija no lo vemos bien. Dicho esto, seguimos más optimistas en renta fija europea que americana.