En este entorno, la normalización de la política monetaria se llevará a cabo de manera gradual, aunque sigue siendo muy laxa y las tendencias del mercado financiero dependerán más de la evolución de la economía real que del respaldo de los bancos centrales. En Estados Unidos, la economía marcha a velocidad de crucero y el plan de reforma fiscal de Trump presenta algunos aspectos positivos potenciales. La normalización de la política monetaria ha sido gradual y probablemente seguirá siéndolo tras el nombramiento de Jerome Powell como sustituto de Janet Yellen, pero todavía hay dudas sobre cuándo y a qué ritmo.
En este contexto, vemos la renta variable y el crédito europeo (mejor high yield que grado de inversión) como activos para sobreponderar, mientras que infraponderamos deuda soberana. En cuanto a la estrategia a seguir, apostamos por la flexibilidad incluyendo también activos de cobertura como las opciones y el oro.
En octubre, los mercados de renta variable siguieron avanzando: el MSCI World All Countries (en dólares) cerró el mes con una subida del 2,1%. Todas las regiones registraron un crecimiento positivo con Japón a la cabeza (5,6% en yenes), seguido de los mercados emergentes (3,5%). La zona euro y Estados Unidos registraron una rentabilidad similar, algo por encima del 2% (en divisa local).
Los resultados de la renta fija fueron más dispares. Los rendimientos de la deuda soberana a diez años se redujeron 10 puntos básicos durante el mes, mientras que en Estados Unidos cayeron casi 5 puntos básicos. En Europa, los rendimientos de la deuda soberana respaldaron esta clase de activos, que subió en torno aun 1% tanto en las categorías investment grade como high yield.
Octubre marcó también el comienzo de la temporada de resultados. En Estados Unidos, donde casi el 75% de las empresas han publicado resultados, el crecimiento de las ventas y los beneficios tampoco decepcionó esta vez, con un 5,8% y un 8,5%, respectivamente. E igual sucedió en la zona euro, donde las ventas y los beneficios crecieron un 2% y un 5%.
En nuestra cartera mixta, al principio del mes incrementamos en un 3% nuestras posiciones en renta variable japonesa (con cobertura del riesgo de divisas), al considerar que los precios no tenían suficientemente en cuenta las noticias positivas, tanto desde el punto de vista macroeconómico como microeconómico. Las valoraciones de Japón presentaban niveles mucho más asequibles que en otras regiones. Y así sigue siendo.
Por lo que respecta a la renta variable, intercambiamos nuestras posiciones sensibles a las materias primas y bancos europeos, los cuales reforzamos. La idea es beneficiarse de cualquier movimiento en la inclinación de la curva de tipos, una tendencia que debería empezar ya pronto.