Sin sorpresas, como viene siendo habitual, pero con muchas variables a las que atender en la reunión que celebra hoy el Banco Central Europeo. Como siempre, la más importante será la que llegue del mandatario del organismo a partir de las 14.30 horas. Se da casi por descontado que no habrá cambios ni en el programa de retirada del QE - que se reduce a 15.000 millones a partir de octubre y finaliza en diciembre – ni en la postura de Draghi sobre la subida de tipos de interés, prevista para el verano de 2019.
Sin embargo, esto tiene algunos matices. Respecto a la reducción del QE, Mark Holman, CEO de Twenty Four AM, Boutique de Vontobel considera que la salida de los programas del QE es realmente una preocupación pues con ellos se controla una cantidad tan importante de activos que pueden cambiar la dinámica de los mercados de capital y el comportamiento de los inversores”. Así que pueden dejar de comprar pero se trata de un proceso delicado (el balance de todos los bancos centrales es de 15 billones de dólares) porque ya no estamos ante políticas extraordinarias y se ha pasado a ser parte del kit de herramientas estándar”. Con lo que sí, en este punto parece poco probable que el BCE cambie su forward guidance. François Rimeu, responsable de multiactivo y estratega senior de La Française recuerda que en julio Draghi dijo que estaba contento con una primera subida de tipos en el cuatro trimestre de 2019 “con lo que no prevemos ningún cambio en este frente. No esperamos nueva información sobre el programa de reinversión (escasez, vencimiento y flexibilidad) dejando este tema para diciembre.
Y es en este punto donde viene una de las principales dudas: ¿qué hará el BCE con los ingresos de sus valores con vencimiento? ¿Los reinvertirá o no? Franck Dixmier, director global de renta fija de Allianz Global Investors espera escuchar preguntas en la rueda de prensa sobre este tema pero “nos sorprenderíamos mucho si desde el banco se proporcionase alguna aclaración en esta etapa, dado que lo mejor para el BCE es mantener todas sus opciones abiertas en el tenso ambiente geopolítico actual”. Del mismo modo, a este experto le sorprendería que Italia se mencionara en las comunicaciones, en particular los riesgos para la estabilidad financiera de la zona euro a partir de un enfrentamiento sobre cuestiones fiscales entre las autoridades italianas y la Comisión Europea. “El borrador del presupuesto italiano no se dará a conocer hasta finales de septiembre y es difícil que el BCE comente rumores, en lugar de esperar a los hechos”.
Es esto lo que, según Nomura, podría llevar al organismo a anunciar proyecciones macro moderadas en la perspectiva del PIB para 2018 y 2019. La crisis de la lira turca, la incertidumbre en Italia y las preocupaciones sobre la guerra comercial son factores que podrían contrarrestar la fortaleza de la demanda interna. Sin embargo, apunta esta cas, el crecimiento continuará modestamente por encima de su tasa de tendencia.
El experto de La Française ve una buena razón para revisar la inflación general a la baja en comparación junio, con el euro subiendo y las materias primas (salvo el petróleo) a la baja. “Las cifras de inflación subyacente también son demasiado optimistas (pronósticos del BCE: 1,6% en 2019 y 1.9% en 2020). Sin embargo, dudamos que el BCE incorpore esos cambios esta semana. Podría ser más conveniente hacerlo en diciembre, cuando finalice el BCE”.
Los siguientes pasos del organismo pasan por aumentar la tasa de depósito en septiembre de 2019. Es poco probable que el BCE confirme su postura cautelosa sobre el aumento de los tipos de interés reiterando que es poco probable que su primer aumento se produzca antes del verano de 2019. “Esto dará al BCE suficiente margen para tener en cuenta los próximos datos económicos, incluyendo si la trayectoria de inflación de la zona euro converge hacia el objetivo del banco central de alrededor del 2%”, concluye.