La marcha de la economía española en la parte final del ejercicio va unida inexorablemente a la evolución de la pandemia. Y España es el primer país europeo con más tasa de contagios con 136 casos por 100.000 habitantes, con más de 3.700 sólo en las últimas 24 horas . Aunque a nivel europeo dice el vicepresidente del BCE Luis de Guindos que es optimista ante los datos de la recuperación que se van conociendo. 

Aunque se aceleran los trabajos relacionados con todas las vacunas mundiales, lo cierto es que la fase III de las pruebas con el seguimiento de los posibles efectos secundarios y la inmunidad que producen las dosis, requieren su tiempo. Incluso en España, Fernando Simón habla de noviembre como la primera fecha posible para su llegada cuando hace apenas unos meses se descartaba que una vacuna pudiera estar lista antes de 2021. Pero lo que sí se sabe es que no llegará de forma inmediata. 

Sin embargo, aunque cada vez lo conocemos más, el coronavirus sigue siendo un gran desconocido incluso para los virólogos. Nadie esperaba que en verano Covid-19 actuara como lo ha hecho: multiplicando de nuevo los contagios, pero con un número de asintomáticos que supera el 60% y reduciendo por debajo de los 40 años en nuestro país la edad media de los contagios. No provoca saturación y menos colapso en los hospitales, pero sí deja en mínimos la atención primaria y que los centros sanitarios no puedan ocuparse del resto de las patologías con normalidad. 

Casos de Covid-19 en Europa cada 100.000 habitantes

Fuente: Centro Europeo de Prevención y Control de las Enfermedades de la UE

Un comportamiento impredecible que en un mes nos colocará en otoño, con la conjunción de la gripe, de los espacios cerrados frente a los abiertos del verano, la vuelta al colegio y al trabajo en la nueva normalidad y muchas incertidumbres en el ambiente. Si ahora se elevan los niveles de emergencia sanitaria y las medidas de protección, con la mascarilla como el mal menor que ya forma parte inexorable de nuestras vidas ,nos preguntamos qué puede venir después.

Y la medida en el aire sigue siendo el confinamiento. Tal vez no en la modalidad padecida de marzo a junio pero si con medidas parciales en los lugares de fuerte incidencia que puedan impactar de nuevo de forma grave en la economía, sin la esperada recuperación. Recordemos que la confianza es el primer factor del consumo y esto sólo reside en el ánimo de los ciudadanos. 

Ya hemos visto el efecto devastador del 18,5% en la caída del PIB del segundo trimestre y veremos a finales de spetiembre la cuantía de la mejora en el tercero, con el turismo internacional a menos de medio gas por los tempranos rebrotes. Recordemos que todas las premisas para la mejora parten de que la economía no se pare, porque de producirse, las consecuencias serían catastróficas, incluso en los mercados. 

Un efecto de segunda vuelta tras la crisis en la que ya estamos inmersos, con el impacto en el desempleo, los ERTEs y con todas las ayudas públicas ya puestas sobre la mesa, sin olvidarnos de que nuestros niveles de deuda estan al 100% del PIB, nos deja con un escaso margen de maniobra económica. 

¿Considera que las nuevas medidas que se vayan implementando nos hará convivir con el virus sin llegar a un nuevo confinamiento? O por el contrario ¿Un empeoramiento de los ingresos hospitalarios que pongan en jaque de nuevo al sistema sanitario en otoño podría obligar a un nuevo estado de alarma?. ¿Podría recuperarse la economía y los mercados si eso sucede?

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