Los baños en agua fría con hielo, también conocidos como ice baths o inmersión en frío, se han convertido en una práctica común entre los deportistas que buscan mejorar la recuperación muscular y reducir el dolor post-entrenamiento.

Estos baños, que implican sumergir el cuerpo en agua a temperaturas bajas, ayudan a disminuir la inflamación, acelerar el proceso de recuperación y mejorar el rendimiento general. La técnica, respaldada por estudios recientes, muestra beneficios significativos, pero también conllevan ciertos riesgos. 

El Dr. Manuel Leyes, reconocido traumatólogo especialista en patología de rodilla, hombro, tobillo y en lesiones deportivas y jefe de Servicio de Traumatología de Olympia Quirónsalud, describe algunos de los beneficios del ice baths.

1.    Reducción de la inflamación: El agua fría provoca una vasoconstricción (estrechamiento de los vasos sanguíneos), lo que reduce la inflamación y la hinchazón tras el ejercicio intenso.
2.    Alivio del dolor muscular: La inmersión en agua fría disminuye la percepción de dolor muscular y retrasa el desarrollo del dolor muscular de aparición tardía (DOMS).
3.    Recuperación más rápida: Ayuda a acelerar la recuperación al mejorar el drenaje linfático y reducir la acumulación de toxinas o productos de desecho metabólico en los músculos.
4.    Mejora en la circulación sanguínea: Después del baño frío, el cuerpo envía más sangre oxigenada a los músculos, promoviendo una mejor regeneración.
5.    Estabilización del sistema nervioso: Ayuda a reducir el estrés fisiológico y puede mejorar el bienestar general al activar el sistema nervioso parasimpático.

El especialista de Olympia advierte de los siguientes riesgos:

1.    Hipotermia: Si el baño se prolonga demasiado o el agua está excesivamente fría, puede causar una caída peligrosa de la temperatura corporal, lo que podría llevar a una hipotermia.
2.    Lesiones cutáneas: El contacto prolongado con hielo o agua extremadamente fría puede causar quemaduras por frío o lesiones en la piel.
3.    Problemas cardíacos: Las personas con problemas cardíacos pueden experimentar arritmias o un aumento de la presión arterial debido al choque del frío, lo que puede ser peligroso.
4.    Rigidez muscular: Aquel frío excesivo puede causar rigidez muscular, disminuyendo la flexibilidad.
5.    Impacto en la adaptación al entrenamiento: Algunos estudios sugieren que la inmersión en agua fría puede interferir con las adaptaciones musculares y el crecimiento tras el entrenamiento de fuerza si se utiliza en exceso.

Por ello, el Dr. Manuel Leyes recomienda limitar el tiempo de inmersión a 10-15 minutos, usar temperaturas entre 10-15°C. No realizar baños en frío inmediatamente tras entrenamientos de fuerza, ya que puede interferir con las adaptaciones musculares y evitar el uso en personas con condiciones médicas no controladas, especialmente problemas cardiovasculares.