El rodio es el gran ‘ignorado’, pero por desconocimiento, en el caso de los metales preciosos. El platino e incluso, en las últimas fechas, el paladio, es uno de los más buscados y considerados entre los más caros del mundo. Ni que decir tiene del nivel de aceptación de inversión de la plata, o bien del oro, el activo más capitalizado de la tierra, el refugio por excelencia, que ya sobrepasa el valor de 13 billones de dólares en el mercado.
Pero, contra lo que se considera, el rodio es, aunque venido a menos, el metal precioso más caro del mundo, con solo una extracción anual de 28 toneladas, frente a las más de 2.300 del oro, por ejemplo. Se trata de un metal descubierto en 1803 por el químico británico William Hyde Wollaston.
Entre sus usos, gana las piezas de la industria de automoción global. En concreto se usa en convertidos catalíticos donde de lo que se encarga el rodio es de reducir el óxido de nitrógeno, es decir, reducir las emisiones tóxicas del tubo de escape. Pero también tiene otros usos añadidos, en menor medida, como la industria química, la fabricación de explosivos, e incluso de elementos de joyería.
Pero lo más importante es su evolución en el mercado. Venido a menos como vemos en su evolución, que ha sido claramente alcista y más allá desde 2004 hasta 2008, cuando presenta una revalorización de nada menos que del 2112%, hasta rebasar el mágico precio de 10.000 dólares la onza.
Aunque su gran nivel, se alcanzaba en 2021, en plena pandemia, con un precio por onza de 30.000 dólares. Sin embargo, en lo que va de año, sus caídas le han llevado en precio hasta niveles de 4.100 dólares la onza.
Así, lo que vemos es que los expertos indican que su caída de precio es una oportunidad para entrar en el mercado. Hay empresas que comercializan por onzas este metal escaso y precios. Baird&Co es una compañía británica, la mayor en fabricantes de lingotes de rodio en todo el planeta.
Pero también otra de las fórmulas es asomarse al mercado, más allá de los mercados de materias primas, donde se mueven, en las empresas de metales y minería. Hablamos por ejemplo de Anglo American, una compañía minera con sede en Londres, o en Sibanye- Stillwater, compañía que cotiza en la bolsa de Nueva York. También en Impala Platinum Holdings, la compañía sudafricana de metales preciosos.
Más allá de las empresas, otra de las posibilidades que se presentan es invertir en rodio a través que ETFs. Fondos Indexados que contienen el metal y que, en todos los casos, mantienen su respaldo, como ocurre con el resto de metales preciosos, en el rodio físico. Uno de los más conocidos en el Deutsche Bank Physical Rhodium que cotiza en Londres.
Y por supuesto una cuarta, o quizá la primera: invertir directamente en el metal precioso a través de su contado y su precio de futuro.
Entre las posibilidades futuras que le atribuyen los expertos es su uso creciente en componentes tecnológicos, que, junto a su escasez pronostican una mejora a medio plazo en su evolución en los mercados financieros.