Las medidas interpuestas hasta ahora, desde los toques de queda hasta el cierre anticipado de bares y restaurantes pasando por la limitación de personas en las reuniones, los aforos de los establecimientos, la mascarilla obligatoria en el interior con los contactos entre no convivientes...sin olvidarnos de los confinamientos perimetrales de municipios, ciudades y comunidades autónomas, no parecen suficientes para frenar la expansión del Covid-19.
Sea por la razón que fuere, desde un desconfinamiento demasiado prematuro hasta la falta de civismo de muchos de nuestros conciudadanos o la realidad que pasa por un coronavirus que crece exponencialmente con el contacto social sin entender de fronteras ni edades, que no tiene tratamiento ni todavía vacuna, lo cierto es que entramos en noviembre y vemos que las medidas implementadas no han surtido el efecto esperado.
Y no olvidemos que estamos a las puertas del invierno, con mayor exposición a espacios cerrados, con la temporada de la gripe y con una Navidad que va a ser más diferente que nunca, a pesar de nuestras costumbres tradicionales en esas fiestas. El mercado ya lo está leyendo, en especial en la última semana con fuertes caídas y amenaza con lo que ya es realidad en otros países como Francia o Bélgica: el confinamiento en casa. Algo que ya se ha pedido en comunidades como Asturias ante el aumento exponencial de casos.
Eso sí con distinta perspectiva inicial frente al confinamiento de marzo a junio: para preservar la ya de por sí muy maltrecha economía, con la posibilidad del mantenimiento del trabajo presencial y en algunos casos de la apertura de colegios. De momento el gobierno señala que en breve esa posibilidad no está sobre la mesa, la de volver a casa, hasta ver cómo evolucionan los casos, las muertes y los niveles de presión hospitalaria en los próximos días.
Pero la situación parece que se dirige a un nuevo punto para reducir la movilidad a la mínima expresión mientras no se espera que la vacuna llegue en breve, aunque las primeras podrían estar disponibles, eso sí en dosis muy limitadas, antes de fin de año, si los ensayos clínicos, que se encuentran en fase 3 de algunas de ellas, siguen por el camino esperado y sin contratiempos.
Por tanto, ¿Considera que debemos volver al confinamiento para cortar de raíz el aumento de casos, los fallecimientos y la presión en los ingresos y las UCI por el Covid-19? ¿Cree que es la única posibilidad que nos quedemos en casa para controlar la pandemia ? O por el contrario, ¿el agravamiento de la crisis económica que se refleja en el cierre de empresas, la caída de autónomos y el aumento del paro no nos lo permite? ¿Y cómo debería ser el confinamiento, menos drástico que el anterior con posibilidad de acudir al trabajo a pesar de que la actividad a mínimos influiría negativamente en todo tipo de servicios, el motor de la economía española?
Comparta con nosotros lo que piensa en La Comunidad Opina. El resto de inversores se lo agradecerá.