El tensionamiento del enfrentamiento entre dos enemigos acérrimos, Irán e Israel en el tablero mundial, tras el lanzamiento este fin de semana por parte de Teherán y el régimen de los Ayatolah de hasta 300 drones y misiles de crucero y balísticos, de momento no ha tenido una incidencia en el mercado. Por un lado, con los recortes a contracorriente de los precios de un crudo que ha llegado estas semanas a máximos anuales por la escala de la violencia en Gaza. Y sin caídas en los mercados tanto europeos como en Wall Street, a pesar de la escala. 

Varios son los factores que los expertos en defensa destacan en las características del ataque de Irán: se produjo contra objetivos militares y no civiles, claramente calculado, sin grandes daños materiales y sin muertos, con el 99% de lo lanzado interceptado por Israel con la ayuda de EEUU y Reino Unido. Un ataque muy limitado, tras el que Estados Unidos ha respondido a Irán como Teherán quería: con el compromiso de que no colaborará con Israel en nuevo ataque contra Irán.

Recordemos que hay dos razones que son claramente negativas para EEUU en este conflicto: se produce en año electoral y de, devenir en un marcado carácter negativo la escalada de violencia, supondría un aumento en el precio del petróleo, con las consecuentes presiones inflacionistas que Joe Biden, el presidente candidato a la reelección trata de evitar a toda costa, mientras que, el candidato republicano, Donald Trump lo que menos necesita es embarcarse en un conflicto militar que rechaza de plano. 

Pero si la situación empeorase, y se tradujera en precios del crudo que escalaran, en el caso del Brent europeo, hasta cerca de los 100 dólares el barril, el efecto en el Ibex 35 sería inmediato. Primero con caídas generales, más allá de la fase correctiva en la que nos encontramos. Y es que, esa deriva supondría un aumento, en general de las presiones inflacionistas, que acabarían con las esperanzas de bajada de tipos por parte de los bancos centrales. Por tanto el efecto dominó pernicioso, arrastraría a todos y cada uno de los valores del selectivo español. 

Aunque, de producirse, más allá del impacto inicial, nuestra única petrolera cotizada, Repsol podría beneficiarse de un encarecimiento del precio del barril en los mercados internacionales de materias primas, tal y como ya ocurrió con los niveles de casi 140 dólares marcados hace más de dos años cuando Rusia atacó Ucrania.  

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Repsol de hecho, con la subida a máximos de los últimos 6 meses del crudo, sin escalar más ha marcado niveles que rozan los 16 euros, niveles de precio que no se reflejaron, aunque se mantuvieron muy cerca de sus actuales máximos. 

Y si hay un sector que podría reflejar fuertemente una potencial subida del crudo, es el turístico. Pero su principal incidencia radicaría en IAG (Iberia), el holding en el que se integra Iberia ante el encarecimiento del queroseno, y de hecho, la recogida de beneficios de la semana pasada, bastante acusada, puede deberse en parte a ello. Y lo peor, que tuviera que trasvasar ese incremento al precio de los billetes. 

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En este caso sería un nuevo efecto dominó, que si afectaría a Amadeus y a Melia Hotels, por el tema de las reservas y, sobre todo, por el efecto diferido de los paquetes vacacionales, sobre todo para la central de reservas. 

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Aena como gestor aeroportuario, se vería impactado por el encarecimiento general de precios para el combustible de todas las aerolíneas, en un nuevo efecto colateral. 

Pero también las empresas más endeudadas del Ibex 35, si en esa deriva, no hay bajada de tipos por el incremento de las presiones de los precios y sube la inflación, por la subida del crudo. Compañías con mayores niveles de deuda/EBITDA como Grifols A, Inmobiliaria Colonial y Ferrovial, sin olvidarnos tampoco de MERLIN Properties y Cellnex, verían encarecerse su refinanciaciones de deuda y complicarse en el tiempo. 

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Pero tampoco olvidemos, si los objetivos futuros de Irán sí impactaran contra Israel, a las empresas con presencia en el país.  Dentro del Ibex 35, doble motivo para bajar por parte de IAG (Iberia), ya que una de sus compañías, Iberia Express viaja a Tel Aviv.  También Inditex, con sus 84 empresas franquiciadas en el país, mientras que ACS sí ha estado presente, en anteriores ocasiones, en el mercado de obra pública de Israel.