Pero, según la experiencia de Fisher Investments España, este tipo de volatilidad suele desconcertar a los inversores. Cuando se producen episodios de volatilidad negativa, ¿qué deben hacer los inversores en renta variable, si es que deben hacer algo? Muy a menudo encontramos que la mejor respuesta es muy difícil: no hacer nada. Aunque es importante tener en cuenta el nivel de comodidad de cada inversor con respecto a las posibles caídas del mercado, conviene recordar que la volatilidad negativa suele ser pasajera y, para los inversores de largo plazo, reaccionar ante ella puede ser contraproducente.
Aunque la volatilidad negativa muy a menudo hace acto de presencia en los mercados, según nuestros análisis históricos no sigue ningún patrón, esto es, no tiene una relación estable con los titulares de las noticias que se publican y es impredecible. En el primer cuatrimestre de este año se produjeron disturbios en el Capitolio de los Estados Unidos, nuevas oleadas de covid en Europa, picos de inflación y se anunciaron propuestas de subidas de impuestos. Pero, a pesar de todo, los mercados no parecían muy preocupados, teniendo en cuenta que el número de oscilaciones a la baja del mercado mayores al 1% durante ese periodo fue inferior a la media histórica del índice MSCI World (figura 1). En 2021, solo se produjeron siete caídas mayores al 1 % hasta el mes de abril. Ahora bien, los datos en base diaria solo se remontan a 1980 para este índice. Pero lo mismo ocurre si nos fijamos en el índice S&P 500 de Estados Unidos, expresado en dólares y durante los 93 años de historia de datos de precios diarios que existen (figura 2). Hasta el día 30 de abril, este índice solo había mostrado siete días de bajadas superiores al 1% este año, de nuevo por debajo de la media histórica. Según los análisis de Fisher Investments España, esto no debería ser una sorpresa. Los principales acontecimientos pueden (o no) coincidir con días negativos a la baja. La volatilidad puede producirse por cualquier motivo o sin ninguna razón.
En nuestra opinión, esto ilustra cómo los titulares, especialmente aquellos que se publican en todos los medios, no tienen un impacto preestablecido en el mercado. Esto no significa que no se produzca una volatilidad negativa cuando aparecen, pero creemos que ayuda a demostrar la capacidad de los mercados para ver más allá de los acontecimientos. Para nosotros, los precios de la renta variable se mueven sobre todo por las sorpresas que se producen, es decir, por la diferencia entre las expectativas y la realidad subyacente. Los temas ampliamente conocidos (como los acontecimientos cubiertos por la prensa) tienden a perder su capacidad de influir en la dirección de los mercados en el largo plazo. La pasividad de la renta variable en medio de un aluvión de titulares muy negativos no significa que los mercados ignoren las noticias. En nuestra opinión, lo que ocurre es que la renta variable ya ha descontado su potencial impacto en las cotizaciones y sus posibles consecuencias.
Lo que es seguro es que movimientos bruscos a la baja volverán en algún momento de forma totalmente imprevisible. Por lo tanto, ¿cómo deberían los inversores afrontar los futuros episodios de volatilidad negativa? En opinión de Fisher Investments España, se debe considerar la volatilidad como el precio que se ha de pagar para poder obtener las altas rentabilidades históricas que puede ofrecer la renta variable en el largo plazo. La tasa de crecimiento anual compuesto de las rentabilidades del índice MSCI World (la tasa anual necesaria para alcanzar su valor final desde el inicio) es del 10,6 % desde 19691. Esto incluye todos los días en que se ha producido volatilidad negativa. La volatilidad de los mercados de renta variable es simplemente un factor de riesgo en ambos sentidos. A lo largo del tiempo, esa elevada rentabilidad anualizada demuestra que lo bueno supera lo malo. No estamos diciendo que no haya buenas razones para salir de los mercados de renta variable en determinados momentos. Pero hacerlo apresuradamente como reacción a una fase de volatilidad suele ser un error que puede salir muy caro: podría perderse la volatilidad al alza que contribuye a la revalorización de la renta variable a largo plazo.
Es por esto por lo que pensamos que, en el mundo de la inversión, es necesario gestionar las emociones y armarse de valor antes y durante los periodos de volatilidad negativa. Aunque quizás sea difícil, creemos que es crucial evitar salir y volver a entrar en los mercados para minimizar la volatilidad negativa. Según nuestra experiencia, acertar de manera sistemática es imposible. En caso de que los mercados atraviesen un periodo turbulento, podría registrar pérdidas al vender tras una caída del mercado. Y si acto seguido los mercados vuelven a subir (lo que ocurre con frecuencia), tratar de volver a entrar puede suponer un desgaste tanto a nivel mental como a nivel financiero.
A la hora de diseñar una cartera de inversión, creemos que los inversores de largo plazo deben tener en cuenta su nivel de comodidad, o capacidad de aguante, con respecto a las grandes caídas que se pueden producir en los mercados. Sin embargo, según nuestra experiencia, no hay ningún camino que conduzca a una rentabilidad a largo plazo similar a la de la renta variable que esté libre de estos episodios de volatilidad. Por lo tanto, a nuestro juicio, es importante tener la mentalidad adecuada para afrontar dicha volatilidad cada vez que hace acto de presencia. Estos episodios no auguran necesariamente un funesto porvenir. Los días negativos no presagian más días negativos, ya que los movimientos pasados de los precios son retrospectivos y, por lo tanto, no predicen el futuro. Tampoco se requiere tomar ninguna acción drástica para tratar de evitarlos. En los mercados financieros, por paradójico que parezca, a veces hacer algo puede salir más caro que simplemente no hacer nada.
1 Fuente: FactSet, a 11/5/2021. Índice MSCI World con reinversión de dividendos netos, valores expresados en euros y pesetas, del 31/12/1969 al 30/4/2021.
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