Con el auge de los nuevos fondos sostenibles, la cuestión de cómo evitar el "greenwashing" está ganando importancia. Están apareciendo etiquetas de Inversión Socialmente Responsable (ISR) por doquier, y la UE está en proceso de definir su propia ecoetiqueta. Antes, sencillamente se atribuía a un fondo la calificación de socialmente responsable, en su caso, pero ahora el mercado establece distinciones en cuanto a las distintas formas de aplicar la sostenibilidad.
Claramente, existen ámbitos que los inversores sostenibles buscan evitar, como el tabaco, las armas, el incumplimiento de las condiciones básicas de trabajo y los derechos humanos, así como ciertos tipos de combustibles fósiles, como el carbón térmico. Pero hay otros aspectos menos claros. Los combustibles fósiles tradicionales, por ejemplo, inciden en gran medida sobre el cambio climático. Sin embargo, continúan necesitándose y utilizándose ampliamente. Hay quien piensa que las empresas de energía forman parte tanto del problema como de la solución. Otros sencillamente optan por evitarlas.
La cuestión reside en si mantener la inversión en estas empresas e interactuar con ellas puede ser mejor para promover su transformación, en lugar de apartarse de ellas.
Mentalidad integradora
En segundo lugar, según Masja Zandbergen, una estrategia solamente resulta verdaderamente sostenible si lo es también desde el punto de vista financiero. Por ello, resulta importante adoptar una mentalidad integradora. Cabe preguntarse cómo las distintas tendencias ASG a largo plazo, y sus consiguientes costes externos, como es el caso del cambio climático, la disminución de la biodiversidad y el aumento de la desigualdad pueden generar cambios en los modelos de negocio. La inversión ASG supone reflexionar mucho sobre la sostenibilidad y cómo afecta a las empresas y a las estrategias de inversión.
Estructuralmente, la integración de información ASG en el proceso de inversión ayuda a nuestros equipos a tomar mejores decisiones. Sin embargo, no reduce su universo de inversión: siguen teniendo la posibilidad de invertir en empresas con baja puntuación ASG cuando consideran que sus riesgos se encuentran ampliamente reflejados en el mercado.
En el fondo de renta variable global de Robeco se ha observado que, en los últimos dos años, en torno al 75% de las valoraciones han sido ajustadas después de la asimilación de los criterios ASG. Esta integración ASG, combinada con la exclusión de los segmentos de tabaco y armas controvertidas, ha representado aproximadamente un 22% del diferencial de rentabilidad positivo entre 2017 y 2018. Este método de integración ASG a menudo no se considera una estrategia sostenible como tal. Los clientes que quieren invertir en estrategias sostenibles buscan sencillamente que su dinero no vaya a empresas "malas" en términos ASG, aunque esto se encuentre ya reflejado en la cotización de sus acciones.
Recursos y análisis
Por otra parte, todo esto precisa de análisis y recursos especializados. Si piden a un equipo de inversión que integre criterios ASG en sus procesos, tendrán que dotarles de los recursos y el conocimiento necesario para ello. En Robeco, cuentan con multitud de especialistas en sostenibilidad de diversa índole que trabajan con todos sus equipos de inversión; no tienen un equipo separado de inversión sostenible, todo el mundo participa. Existen además infinidad de datos ASG, por lo que resulta de gran importancia poder comprender y evaluar estos datos.
Titularidad activa
Otra forma de aplicar la sostenibilidad es mediante el ejercicio activo de la titularidad accionarial (titularidad activa). Robeco lleva 15 años ejerciendo como titular activa. Contamos con un enfoque muy estructurado para abordar cuestiones que otros inversores ni siquiera saben que están ahí.
Este año, están empezando a interactuar en las esferas de la atención sanitaria digital y el impacto social de la inteligencia artificial. Se trata de dos temas muy a largo plazo y que guardan relación tanto con las nuevas tecnologías como con la sostenibilidad: en el primer caso, buscamos atajar el incremento del gasto sanitario y, en el segundo, analizar los riesgos sociales que pueden surgir a largo plazo.
Predicar con el ejemplo
Esto lleva a la responsable de integración de criterios ASG de Robeco, a la conclusión clave: "hay que predicar con el ejemplo". ¿Qué credibilidad tiene un proveedor de fondos que ofrece un puñado de productos de IS muy buenos pero que luego no hace nada con el resto de su oferta, ni con sus propias operaciones? Hay muchas preguntas que los clientes deberían plantearse para delimitar esta credibilidad.
Por último, Masja da una breve pincelada sobre las etiquetas. "Pueden ofrecer una orientación valiosa, o un sello de validación para un fondo, lo que puede ser bueno para los inversores minoristas. Pero las etiquetas actuales presentan notables diferencias en cuanto a su enfoque. Seguramente sea porque los enfoques que se adoptan en inversión sostenible también difieren mucho unos de otros. La etiqueta ISR francesa, por ejemplo, se centra más en el enfoque de inversión, el proceso y la transparencia. La etiqueta belga es mucho más prescriptiva; concretamente sobre en qué no se puede invertir. Sin embargo, deja aún así bastante margen de maniobra, y los gestores siguen teniendo que realizar sus propios análisis"
Así pues, también en lo referente a las etiquetas, existe mucho espacio para el debate. La transparencia es lo más importante: los gestores deben indicar claramente qué forma parte de la estrategia del fondo y qué no, independientemente de que lo califiquen como sostenible, responsable u otra cosa.