El gobierno calcula que si continúa la tendencia actual, la población de Japón podría reducirse a la mitad en los próximos setenta años.  Explican en la entidad que el impacto ya se nota, a pesar de que el descenso sea de apenas un 0,3% cada año.

Apuntan que, por ejemplo, el tamaño de las clases se ha reducido en más de un 30% desde 1990, que hay más de 8 millones de casas vacías en las zonas rurales y que más de 100.000 japoneses dejan cada año su trabajo para cuidar a sus familiares mayores.



Con todo, los analistas de la entidad creen que en estos momentos hay que ser positivos por:

Continúa mejorando la gobernanza de las empresas del país. Explican que es una buena noticia, sobre todo porque una gran parte de la población están ahorrando en bolsa para su jubilación. En los últimos años, la rentabilidad por dividendo ha crecido y los directivos siguen centrados en la rentabilidad.

Según los analistas de Loomis Sayles una gran parte de los directivos de la gran banca japonesa son optimistas
. En los últimos meses han aumentado ratios como el CAPEX de las pequeñas compañías gracias a algunas de las medidas adoptadas por el primer ministro Shinzo Abe.  Por otro lado, la calidad de la inversión crediticia es positiva. Según el último informe de la entidad al respecto, según un directivo nipón “el ambiente empresarial de Japón en estos momentos es el mejor de los últimos 20 años”.

El sentimiento de los directivos de las empresas inmobiliarias en Tokio es muy positivo.

La mejora de la capacidad de gasto de la población China ha impulsado algunos sectores de la economía japonesa ligados al turismo. Explican en la entidad que Tokio en estos momentos es realmente barato y que se puede comer hasta por 10 dólares y que ha aumentado la oferta hotelera.

El primer ministro Abe no ha creado ilusiones sobre el reto que tiene por delante y sigue determinado a tomar medidas. Por ejemplo, desde el año que viene las compañías tendrán que publicar la tasa de participación femenina en sus plantillas y equipos directivos…

Por el momento, el Banco de Japón, como ocurre con el BCE están dispuestos a mantener sus respectivos programas de expansión cuantitativa, QE. Esa razón es la que ha llevado a algunas firmas de inversión a apostar por la bolsa japonesa.