Los líderes del G-20 tras una conferencia acordaron temporalmente, la renuncia a los pagos de la deuda que tienen contraída algunos de los países más pobres del mundo, principalmente África. 

Esta iniciativa podría liberar a los países más desfavorecidos del pago de más de 20.000 millones de dólares hasta finales de 2020, según el Instituto de Finanzas Internacionales. 


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La finalidad de esto es que los fondos de que dispongan se puedan destinar a combatir la pandemia.

Los bancos estatales chinos han prestado miles de millones a países africanos, pero Beijing ha guardado silencio sobre la iniciativa para aliviar su deuda en medio de la recesión que ha provocado la crisis del coronavirus.

Recientemente se preguntó a China cómo trataría los préstamos a países africanos, y la embajada de China en Nairobi se refirió a una declaración el 16 de abril del portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Zhao Lijian que declaró: "China, de acuerdo con el consenso del G20 sobre el alivio de la deuda, ayudará a los países más pobres a concentrar sus esfuerzos en combatir la epidemia y apoyar el desarrollo económico y social".

La mayoría de esas apelaciones de los países más desfavorecidos involucran a China, que es el mayor prestamista del continente, pero a pesar de las declaraciones no está claro cómo responderá Beijing.

Morris miembro del grupo de expertos del Centro para el Desarrollo Global en Washington dijo:"Es una buena noticia que el compromiso básico articulado en la declaración del G20 cuente con el apoyo de China", pero agregó que "el enfoque de Beijing a la moratoria en sí "es un poco incierto" al hablar de detalles clave como por ejemplo sobre qué categorías de préstamos se incluirían".

El presidente francés, Emmanuel Macron, dijo: "No dudo que el presidente chino, Xi Jinping, hará un gesto importante", ya sea para reducir o cancelar sustancialmente la deuda africana”

Angola, Zambia, Sudán y la República del Congo se encuentran entre los que buscan ayuda, argumentando que necesitan reasignar fondos para la atención médica y equipar hospitales para combatir el coronavirus, que ha infectado a 3,5 millones de personas en todo el mundo.

A medida que el virus comienza a extenderse más en el continente, el caos económico que ha causado en otras partes del mundo ha afectado también a las economías africanas, que son las más debilitadas del mundo.

La caída en los precios del petróleo afectó gravemente a productores como Angola, Nigeria, la República del Congo, Guinea Ecuatorial y Sudán del Sur, mientras que las naciones dependientes del turismo como Seychelles y Mauricio se enfrentan a una recesión sin precedentes.

El 31 de marzo, las naciones africanas pidieron un paquete de rescate de 100 mil millones de dólares, incluida la cancelación de la deuda de 44 mil millones de dólares, al G20, donde también participa China.

Hasta ahora, el Fondo Monetario Internacional ha aprobado 500 millones de dólares en ayudas para suspender los pagos de la deuda durante seis meses en 25 países, 19 de ellos en África.

Scott Morris, declaró que: ”Beijing debe asumir un papel de liderazgo en las conversaciones sobre la deuda, señalando que el acuerdo del G20 depende de manera muy directa de la participación de China, dado su papel como acreedor principal.”

En abril, el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectó que el crecimiento económico del África subsahariana se contraería un 1,6% este año, la peor lectura en 50 años, ya que las autoridades impusieron cierres, toques de queda y cierres de fronteras para contener la propagación de covid-19.

La postura de China

China no publica sus datos de préstamos en el extranjero, pero según las cifras que maneja la Universidad Johns Hopkins en Washington, indican que podríamos estar hablando de más de 143 mil millones de dólares a 49 gobiernos africanos y a sus empresas estatales entre 2000 y 2017.

Beijing ha invertido miles de millones en el continente durante la última década, construyendo autopistas, puertos, presas y ferrocarriles como parte de los esfuerzos para expandir sus vínculos comerciales e influencia en todo el mundo.

Varios gobiernos, principalmente en Occidente, han criticado el esquema como la creación de trampas de deuda para las economías en desarrollo, acusaciones que Beijing ha desestimado argumentando que son infundadas, diciendo que está ayudando a África a crecer mientras que otros países están abandonando el continente.

Angola posee alrededor del 30% de la deuda total africana con China. La nación rica en petróleo vende aproximadamente dos tercios de su petróleo a China, pero con los precios más bajos del petróleo, se verá obligada a bombear más para pagar los préstamos.

Los otros destinos principales afectados por la crisis de la deuda a China son Etiopía con 13,8 mil millones de dólares, Kenia 8,9 mil millones de dólares, Zambia 8,6 mil millones de dólares y Sudán 6,5 mil millones de dólares, todos extendidos entre 2000 y 2017.

Sin duda lo que ocurra influirá en la economía mundial.

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