Esta es una característica que no tiene el resto de competidores y es que "tenemos la potestad, en el caso de que tengamos oportunidad, de invertir hasta un 15% de la cartera en compañías radicadas en Latinoamérica. Esto de forma histórica no lo hemos aprovechado, sí una pequeña parte a través de una cervecera en Brasil que es una compañía que históricamente la hemos tenido en cartera pero no más allá del 2-2,5% que pesa actualmente en cartera". Tienen un enfoque hacia preservación de capital por pura selección de compañías lo que les da una protección en caídas. "Medido en términos de volatilidad, actualmente el fondo tiene un 8% de volatilidad versus el 13% que tiene el Ibex35", explica Pérez.
Actualmente cuentan con una cartera concentrada, alrededor de unas 30 compañías, "que nos genera un tracking error relativamente alto, del 85%". Este experto cree que "los participantes del mercado hoy en día están muy orientados al corto plazo, tanto por el lado comprador como el vendedor, y en general eso genera ruido. Lo vemos en el día a día de los índices y compañías lo que hace que haya una volatilidad bastante importante. Es de eso de donde nos queremos alejar: del ruido que distorsione o produzca ineficiencia entre el valor tangible de los activos subyacentes y su precio de cotización".
¿Cómo explotan esas ineficiencias? Básicamente adoptando una visión más de largo plazo. "Nuestra visión a la hora de acometer una inversión en una compañía suele ser de media unos cinco años y a partir de ahí, ser flexible en cuanto a restricciones. No tener restricción por capitalización, sector o incluso de estilo que nos puedan minimizar la generación de valor a largo plazo".
Con esto acaban con una cartera concentrada con un elevado active share con el objetivo de generar el máximo valor a largo plazo. "Utilizamos un proceso de inversión donde pasamos el mayor tiempo hablando con las compañías y sacando ideas tanto de la propia compañía como de sus competidores. Y lo que sí es punto diferencial es que la mayor parte de nuestro tiempo la pasamos sacando la situación de la industria y de las compañías. Al final, una vez detectamos en qué punto se encuentra el ciclo de la industria, barreras de entrada, ventajas competitivas de las compañías, cuál es la capacidad de seguir generando retornos elevados sobre capital invertido en próximos años, calidad del equipo gestor, cómo está tomando decisiones de asignación de capital..etc". Esos son los diferentes ítems que trabajan en su día a día y que son diferenciales porque "en valoración no pasamos la gran parte del tiempo ya que no es más que la traslación del análisis fundamental que hemos hecho en el día a día".
Al final, buscan por un lado que la industria mantenga un buena dinámica, estabilidad en términos de oferta y demanda, que tenga crecimiento y que esas compañías sean capaces de reinvertir el beneficio en nuevos proyectos. Que los fundamentales sean realmente sólidos, capacidad de reinvertir a tasas elevadas sobre el capital y que tengan perfil conservador de balance para que, en caso de deterioro del entorno macro, tengan los menores sustos posibles.
En cuanto al precio, que sea atractivo, razonable y que tenga margen de seguridad.
Lo que tienen, en cómputo, "son ratios de valoración ligeramente por encima del mercado pero a costa de ganar en términos de retorno, crecimiento de beneficios a largo plazo y situación de solvencia más holgada que el mercado".
Uno de los casos de inversión es la portuguesa Corticeira Amorim que es una industrial también fabricante de tapones de corcho, con un 38% de cuota de mercado. Tiene retornos sobre capital interesantes, con una posición muy holgada, que seguirá creciendo tanto a nivel de ventas como de beneficio operativo y que tiene una posición que continúa argumentando su posición en la misma.