Estos impactos no recurrentes, que elevan el beneficio del banco en 2.779 millones, incluyen una aportación contable de 4.300 millones del fondo negativo de comercio y el coste neto de 1.521 millones del ERE para más de 8.000 empleados pactado con los sindicatos y otros gastos asociados a la integración.
Sin estos extraordinarios, el beneficio ajustado de CaixaBank se sitúa en 2.022 millones, casi tres veces más que en el ejercicio anterior, que estuvo afectado por las elevadas provisiones para afrontar la pandemia, según informa el grupo a la CNMV, el supervisor bursátil.
El aumento del resultado recurrente, explica CaixaBank, responde a la intensa actividad comercial del grupo y a las menores dotaciones.
Los ingresos 'core', los derivados propiamente del negocio bancario, aumentan a cierre de septiembre un 25,2%, hasta los 7.708 millones, con un margen de intereses que suma 4.416 millones (+21 %) y unas comisiones netas que crecen un 36,7%, hasta 2.604 millones.
El margen bruto se sitúa en 7.711 millones (+23,2%), mientras que el de explotación cae un 51,8%, hasta 1.337 millones, por los costes de la fusión.
Las dotaciones para insolvencias se reducen hasta los 616 millones de euros, frente a los 2.406 millones del mismo periodo de 2020, que incluía el registro de una dotación por 1.611 millones anticipando impactos futuros asociados a la pandemia.
Los recursos totales de clientes ascienden a 607.331 millones de euros a 30 de septiembre, un 46,2% más tras la incorporación de Bankia, mientras que los recursos en balance totalizan 441.278 millones (+5,5%) y los activos bajo gestión se sitúan en 153.223 millones (+12%).
El patrimonio gestionado en fondos de inversión, carteras y sicav se sitúa en 106.521 millones (+14,2%) y los planes de pensiones alcanzan 46.701 millones, un 7,5% más.
Por otro lado, el crédito bruto a la clientela se sitúa en 355.929 millones de euros, con un crecimiento de casi el 46 % en el año tras la fusión con Bankia.
CaixaBank, con una ratio de capital principal CET1 que alcanza el 13 % a cierre de septiembre, contiene en el trimestre el saldo de dudosos y la ratio de morosidad, que se sitúa en el 3,6%, el mismo nivel en que se encontraba el pasado mes de junio, pero tres décimas por encima que en diciembre de 2020 por la integración.
Los saldos dudosos ascienden a 13.955 millones de euros, 50 millones menos que al cierre del trimestre anterior, y la ratio de cobertura de morosidad es del 64%.
Respecto al total de moratorias de hipotecas y préstamos concedidas por el grupo a sus clientes durante la pandemia, solo continúan vigentes a 30 de septiembre 5.034 millones de euros y la práctica totalidad vence antes de finalizar el año.
"Las moratorias mantienen un buen comportamiento de pago y los saldos en mora representan solo el 0,5 % de la cartera de crédito", señala CaixaBank.
Cerrado el frente laboral en el que la entidad ha aceptado 6.058 peticiones del Expediente de Regulación de Empleo (ERE), la fusión entre CaixaBank y Bankia afronta ahora el último paso clave para culminar el proceso: la integración tecnológica, que será una realidad el próximo 12 de noviembre.
También a partir de ese día se modificarán los números de cuenta (IBAN) de los clientes de procedentes de Bankia.
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