La integración con Bankia supone una aportación positiva neta a efectos contables de 4.300 millones por el fondo negativo de comercio, conocido como 'badwill', y una negativa de 1.397 millones por el coste del proceso de reestructuración de personal y otros gastos asociados a la integración.
Sin estos extraordinarios, el resultado de Caixabank se situaría en los 1.278 millones de euros, según ha informado la entidad a la CNMV, el supervisor bursátil.
Y las cuentas proforma recurrentes o agregadas de ambas entidades en ambos periodos completos y sin incluir dichos atípicos mejoran a su vez desde 347 millones a 1.343 millones.
La entidad "ha completado con éxito la primera fase de la fusión, después de presentar un muy buen resultado semestral y de haber alcanzado un acuerdo laboral para la reorganización de la entidad", aseguró su consejero delegado, Gonzalo Gortázar, anticipando que ahorrará más de lo previsto.
El banco ha elevado, de hecho, en un 22% el objetivo de ahorro de costes previsto y ahora espera economizar 940 millones al año, frente a los 770 calculados inicialmente.
Por otro lado, Gortázar valoró que el Banco Central Europeo (BCE) haya decidido levantar las restricciones al dividendo de la banca en septiembre y ha subrayado que CaixaBank cuenta "con niveles muy confortables de capital y una excelente gestión del riesgo y, por ello, es prioritario retomar una remuneración adecuada para nuestros accionistas".
Según ha comunicado el banco a la CNMV, el Consejo de Administración del banco aprobó precisamente ayer distribuir vía dividendos el 50% del beneficio neto consolidado recurrente o sin los incluir los impactos extraordinarios de la fusión correspondiente al 2021. Su plan es recuperar el dividendo en efectivo y pagarlo en un solo abono durante el ejercicio 2022.
El ejecutivo explicó, que a pesar del "complejo" entorno, el banco ha mantenido su "fortaleza de balance, con las mejores tasas de morosidad de la gran banca" y un "elevado" ritmo de actividad.
La entidad concluyó junio con un capital CET1 del 12,9%, "por encima de las estimaciones previstas inicialmente en la integración", y con un ratio de morosidad del 3,6%. Su rentabilidad medida en recursos propios tangibles o RoTE alcanzó el 9,8%, frente al 5,6% de junio del 2020.
Con la integración, la entidad mantiene además cuotas de mercado del entorno al 25% en España en productos claves como fondos inversión, depósitos o créditos a familias y empresas.
Volumen de negocio
En cuanto al negocio, su volumen se incrementó por encima de los 964.000 millones de euros con la fusión, como suma de los recursos de clientes administrados y los créditos otorgados.
En recursos de clientes, la cifra se incrementó un 44,7% y ascendió 600.993 millones con la operación, y subiría un 6% sin dicho efecto. De la cuantía total, 434.672 millones de euros son recursos en balance y 151.456 millones de euros activos bajo gestión, que crecen un 3,3% y 10,3% interanual sin incluir la incorporación de Bankia.
El crédito bruto a la clientela creció a su vez un 48,8% y ascendió a 363.012 millones, con expansiones del 59,6% en la financiación a particulares y del 37,5% con empresas.
En lo que respecta a la cuenta, los ingresos principales o 'core' de la entidad en una cuenta proforma -con ambos bancos en los semestres comparables completos- crecieron un 1,2% y ascendieron a 5.641 millones, mientras que la partida de costes y amortizaciones recurrentes bajó un 0,6%
El margen de intereses en esta visión proforma se redujo un 2,3% por la caída de los ingresos asociados al crédito por la reducción de los tipos de interés, y al cambio de estructura de la cartera, con un mayor peso de los préstamos ICO y crédito al sector público, y una menor aportación de la financiación al consumo.
CaixaBank se anotó además 152 millones en ingresos por dividendos, de los que 149 millones son por Telefónica y la filial de Angola BFA y frente a los 90 millones que aportaron un año antes. Además, sumó otros 217 millones en resultados atribuidos de entidades valoradas por el método de la participación, un 79% más que el año anterior.
El margen bruto se redujo, sin embargo, un 0,6% pese al incremento de los ingresos 'core' y de participadas por la caída de un 68,4% en los resultados de operaciones financieras y un aumento del 12,2% de las cargas registradas en otros ingresos y gastos de explotación.
Por la parte baja de la cuenta, está apoyada en un ajuste del 0,6% en la partida de gastos de administración y amortización recurrentes que permitió situar el ratio de eficiencia en el 54,6%, y por haber dotado 451 millones para insolvencias frente a los 1.814 millones en el primer semestre de 2020.
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