La inflación divide al mercado entre los que creen que ha llegado para quedarse y los que sostienen, como los bancos centrales, que está subiendo de forma transitoria por la reactivación de la actividad económica y el incremento del consumo.
"La inflación tiene un componente difícil de determinar, y vemos como, por ejemplo, las expectativas de inflación de los consumidores se mantienen todavía elevadas. Y no solamente es la inflación que viene por la reactivación de la economía y el incremento importante del consumo agregado, sino por el hecho de que las empresas tienen un ritmo de inversión elevado y, sobre todo, porque hay un gasto público todavía con un peso importante en el crecimiento, y eso al final siempre acaba generando la duda de si la economía no se va a redirigir hacia un recalentamiento", explica Alberto Roldán, socio de Alphavalue Research.
"La presión de la materias primas puede llevar a avivar este debate todavía más, de ahí la división entre los que creen que realmente va a ver una moderación en la inflación y los que tenemos una visión alternativa en el hecho de que no se han tenido en cuenta factores como el precio de las materias primas y el coste elevado que están provocando los salarios en los márgenes de las compañías, y que podría provocar un efecto en cadena desde mayores costes a un traslado a los precios finales al consumidor. Vamos a ver inflación por encima de los objetivos tanto de la Reserva Federal como del BCE, es decir, una inflación media de entre el 2-3% es el escenario más plausible de corto y medio plazo", indica.
Las materias primas, además, generan un efecto vicioso que se retroalimenta. El alza de los precios de las materias primas elevan la inflación y una estrategia clásica para protegerse de la inflación es invertir precisamente en materias primas como el petróleo, el gas natural, el oro, la plata...
"La energía ha subido bastante y creemos que puede que empiece a consolidar porque en estos escenarios se favorece la formación de techos. La cruz de la moneda, sin embargo, son los metales preciosos. De hecho, vemos casi más posiciones bajistas que alcistas en este momento en estos activos. En este momento creemos que estamos más cerca de la formación de un techo en energía por lo que si buscamos protección frente a la inflación habría que ir traspasando parte de la cartera a metales preciosos", comenta Luis Francisco Ruiz, director de análisis de Estrategias de Inversión.
A corto plazo parece, sin embargo, que la presión en los precios va hacer mover ficha a los gobiernos. Este miércoles, el presidente ruso, Vladimir Putin, se comprometió a garantizar el suministro y ayudar así a estabilizar los mercados energéticos globales. El gigante gasístico ruso Gazprom enviará más gas a Europa a través de Ucrania de lo que está contratado este año, basándose en los primeros nueve meses de suministro. Las exportaciones a Europa entre enero y septiembre se sitúan casi en niveles récord y podrían alcanzar un máximo histórico en 2021 si se mantiene ese ritmo.
El viceprimer ministro de Rusia, Alexander Novak, comentó que “el precio actual del gas no refleja los fundamentales. Es posible que se requiera una investigación sobre los aumentos del precio del gas. El aumento de las exportaciones estadounidenses de gas natural a América Latina, entre otras cosas, supone escasez de gas en Europa. El mercado del gas debe estabilizarse lo antes posible. La certificación del gasoducto Nord Stream 2 podría reducir los precios del gas. Rusia tiene que llenar sus propios depósitos de gas. Rusia debería vender más gas en la Bolsa de San Petersburgo”.
Mientras, EEUU considera liberar reservas de petróleo de emergencia para controlar el aumento del precio del combustible. La secretaria de Energía, Jennifer Granholm, comentó ayer que "todas las herramientas están sobre la mesa". No descarta una prohibición de exportación de petróleo crudo.
En lo que va de año, el gas natural se revaloriza un 120%, el petróleo West Texas estadounidense un 61% y el Brent europeo un 57,75%. Esto también se traslada a la cotización de petroleras o gasísticas, además de índices cotizados ligados a la evolución del crudo.
Además de los ETF otra opción para los inversores arriesgados que quieran 'jugar' la subida del gas natural y el crudo son los índices bursátiles de los países exportadores como Rusia, Noruega, Canadá, Arabia Saudí, Nigeria o México. De hecho, el índice bursátil que más se revaloriza en lo que va de año es el Tadawul de Arabia Saudí con un 39,60% en euros y un 4% en las última cuatro semanas que la mayoría de índices del mundo han terminado corrigiendo.
El segundo índice bursátil que más sube en el ejercicio es el RTS ruso con un retorno del 37,85% y un alza en estas últimas cuatro semanas del 4,16%. Por regiones, el TSX canadiense bate a todos los índices de Wall Street con un alza del 22,94%, en Europa occidental el OBX noruego logra un 25,8% sólo superado en el continente por el índice austriaco ATX y en América Latina el S&P/BMV IPC mexicano logra un retorno del 18,89% sólo superado por el Merval argentino, muy penalizado en 2020.