Berkshire Hathaway, el brazo inversor de Warren Buffett, informó el lunes de que su filial National Indemnity Company había aumentado su participación en cinco casas comerciales japonesas hasta superar una media del 8,5%.
Las empresas implicadas son:
- Itochu
- Marubeni
- Mitsubishi
- Mitsui
- Sumitomo
Berkshire ha revelado que el valor agregado de estas participaciones sitúa ahora a Japón como la segunda mayor geografía de la empresa de inversión solo por detrás de EEUU. Buffett comenzó a invertir en estas casas comerciales japonesas -conocidas como sogo-shosha- en 2020 y desde entonces ha ido estrechando sus lazos con Japón, además de visitar el país a principios de este año.
Durante ese viaje, el Oráculo de Omaha se reunió con los directivos de las cinco empresas en el Hotel Four Seasons de Tokio. Según recoge la prensa internacional, la conversación giró en torno al alejamiento de las sogo shosha de las materias primas.
Antes de estas reuniones, Buffett había dejado claro que quería ser el primer puerto de escala si las empresas estaban buscando fondos. “Nos encantaría que alguna de las cinco se nos acercara alguna vez y nos dijera: ‘Estamos pensando en hacer algo muy grande, o estamos a punto de comprar algo y nos gustaría tener un socio’, o lo que sea”, señala en declaraciones a Nikkei Asia.
Buffett tiene la intención de mantener sus inversiones japonesas a largo plazo, con Berkshire Hathaway prometiendo que la compañía sólo comprará hasta el 9,9% de cualquiera de las cinco empresas. “La compañía no hará compras más allá de ese punto a menos que reciba la aprobación específica del consejo de administración de la participada”, matiza.
Las cinco empresas son las mayores de las denominadas sogo-shosha, como se conoce las empresas japonesas especializadas en la compraventa internacional a gran escala de productos sin gran valor añadido (cereales, minerales, productos químicos, etc.). Normalmente, llevan a cabo todas las fases de la operativa internacional: localización de proveedores, negociación de los pedidos, documentación, transporte, almacenamiento y venta a cliente final.
Dada su naturaleza, se centran en inversiones diversificadas a largo plazo que dan prioridad al valor y al flujo de caja, dos de las señas de identidad de las inversiones de Warren Buffett.
La apuesta por Japón de Buffett llega en un momento dulce para la Bolsa nipona que no está pasando desapercibido para las grandes fortunas.
De acuerdo con un reciente informe de Bank of America, los clientes privados de BofA Global Wealth and Investment Management (GWIM) han disparado su inversión en acciones japonesas. No es un asunto baladí, teniendo en cuenta que estos clientes en conjunto tienen unos 3,1 billones de dólares en activos bajo gestión.
El movimiento llega en un momento en que el Nikkei 225 japonés, el principal índice bursátil del país, se encuentra por encima del umbral de los 33.000 puntos, algo que no lograba desde 1989, hace más de tres décadas. El indicador ha más que duplicado sus niveles desde los mínimos de 2020, en el peor momento de la pandemia de Covid-19.