Recordamos que el objetivo del BCE se sitúa en el 2% y, tras la publicación el pasado jueves de una inflación en mínimos de cuatro años, algunos analistas han cambiado de idea y creen que la autoridad monetaria de la “moneda única” podría recortar el precio del dinero hasta nuevos mínimos históricos incluso en su reunión de esta semana. Este es el caso de Bank of America-Merrill Lynch, que señala los débiles datos recientes: “La inflación se ha desplomado hasta cerca de mínimos de cuatro años, los indicadores de sentimiento han caído en la periferia y las ventas minoristas han bajado en Alemania y Francia. En este contexto, esperamos ahora que el BCE recorte los tipos en 25 puntos básicos en esta reunión”.
No obstante, el consenso apuesta por que el BCE no "mueva ficha" hasta, al menos, diciembre. Desde Barclays comentan que “creemos que el BCE esperará hasta los datos de inflación de noviembre para tener más claro el escenario de los precios y elaborar su nueva perspectiva sobre la inflación, que presentará en la reunión de diciembre junto con las nuevas previsiones macroeconómicas. Una revisión significativa a la baja a su previsión para el año que viene -digamos al 1% o menos desde el actual 1,3%- podría forzar al BCE a actuar”, concluyen.