Una anomalía según la teoría económica clásica, en el que los inversores pagan por endeudarse a los Estados. Este hecho se produce en momentos en los que los bancos centrales están comprando activos o el mercado descuenta que se produzcan estas adquisiciones, como en el caso de Europa donde el Banco Central Europeo (BCE) ha reconocido que podría poner en marcha todas las medidas que tiene encima de la mesa con el objetivo de apoyar el crecimiento. Bajadas de tipos, un nuevo QE...
“En determinados casos sí tendría sentido tener en cartera bonos con rentabilidades negativas. Vemos que ante episodios de estrés en las bolsas, como vimos en diciembre de 2018, estos bonos aportan descorrelación y defensa. Además, si la perspectiva es que el BCE vuelva a activar la compra de bonos las rentabilidades aún pueden ser más bajas, con lo cual estaríamos ganando”, explicó ayer Manuel Gutiérrez-Mellado, director de desarrollo de negocio de BlackRock en España, durante una rueda de prensa para presentar las previsiones económicas del segundo semestre.
Gutiérrez-Mellado sostiene que las carteras hay que gestionarlas de manera agregada para que la renta fija aporte diversificación y protección cuando la renta variable sufre frente a la inversión “en diferentes fondos como si fueran una colección”.
La gestora estadounidense, que es uno de los grandes inversores de las compañías del Ibex 35 junto a Norges Bank, sobrepondera para el segundo semestre del año bonos soberanos europeos, la deuda de países emergentes, la bolsa de EEUU y los bonos de ciudades de EEUU. Blackrock, que por política interna no da nombres concretos de compañías y países, ve una oportunidad en la renta fija europea al calor de los estímulos que pueda poner en marcha el BCE, además la curva de rendimiento pronunciada que tienen estos activos también es una ventaja para los inversores europeos. En cuanto al probable nombramiento de Christine Lagarde al frente del BCE creen que el plan de estímulos del organismo monetario “va más allá de los nombres”.
Otros activos a tener en cuenta, según Blackrock, son el oro, los fondos de retorno absoluto, los bonos ligados a la inflación y la liquidez. Por factores se quedan con compañías con menor volatilidad que la media y con buen ‘momentum’ en bolsa, además creen que es un momento para estrategias flexibles. “Tradicionalmente los inversores han ganado en el final de ciclo”, indica Gutiérrez-Mellado.
“Hemos entrado oficialmente en el final de ciclo”
La principal preocupación de la mayor gestora de activos del mundo para este segundo semestre no es la debilidad del ciclo económico mundial, sino la tensión comercial entre EEUU y China y el repunte del proteccionismo. “Estados Unidos está exportando incertidumbre económica y política al mundo. Creemos que el enfrentamiento con China no es coyuntural, va a ser un frente abierto en la escena internacional de varios años”, valora Gutiérrez-Mellado.
Los analistas y gestores de Blackrock sostienen, asimismo, que la economía estadounidense ha alcanzado ya su máximo potencial de crecimiento, y aunque descartan una recesión en el corto plazo, sí creen que la economía global “ha empezado oficialmente su final de ciclo”.
En cuanto a China, desde Blackrock aseguran que el mercado es muy optimista con el efecto que puedan tener los incentivos del Gobierno del Xi Jinping a nivel fiscal y también de inversión pública en infraestructuras. “No somos tan positivos como el resto del mercado, pero vemos con buenos ojos la apertura del mercado de capitales chino y que la idea de Pekín no pase por devaluar la moneda”, sostiene el director de desarrollo de negocio de BlackRock en España.