Scope elevó la calificación de Bankia a A- Negativa desde BBB+ (antes de suspender la calificación). Este rating refleja la fortaleza combinada de los dos bancos; la perspectiva negativa se debe a la concentración en la cartera de deuda soberana española de la entidad combinada. La entidad fusionada, el mayor banco del país por activos, tiene un claro liderazgo nacional en depósitos (24%) y préstamos (25%). CaixaBank tenía la franquicia más completa de los bancos independientes, con servicios de bancaseguros y gestión de activos. Pero el fuerte posicionamiento de Bankia en el mercado hipotecario español -tenía una cuota de mercado del 12% en solitario- complementará la presencia en el segmento minorista de Caixabank.
La fusión permitirá a Caixabank aprovechar las oportunidades de venta cruzada a los clientes de Bankia: VidaCaixa tiene una cuota de mercado del 28% en seguros de vida; Segur Caixa Adeslas (SCA) una cuota del 10% en no vida. Bankia sumará su 10%-12% de clientes con productos de seguros. La fusión pondrá fin al acuerdo de distribución de seguros de Bankia con Mapfre, con un precio de salida estimado entre 500 millones de euros y 1.000 millones de euros. Las entidades fusionadas esperan 2.200 millones de euros en costes de reestructuración que, como sinergias de costes de 2,86x, parece tranquilizador.
En el ámbito digital, Caixabank cuenta con capacidades avanzadas, incluyendo una alta penetración en su base de clientes (10 millones de clientes digitales) e iniciativas de marca para adaptarse a la evolución del panorama y diseñadas para atraer a un grupo demográfico más joven, incluyendo el monedero digital y el P2P. Estas iniciativas se extenderán a una base combinada de 20 millones de clientes.
Futuras fusiones bancarias nacionales o transfronterizas
Podríamos ver alguna otra consolidación nacional, más allá de Caixabank/Bankia y de la operación de Unicaja/Liberbank (que se espera que se cierre a finales del segundo o tercer trimestre). Esta última operación aumentará significativamente la escala del grupo fusionado, dadas las similitudes entre los modelos de negocio de los dos bancos y el pequeño solapamiento geográfico, lo que dará lugar a un actor clave nacional y al quinto mayor prestamista.
Los bancos españoles se han centrado en el saneamiento de los balances y en la optimización de los canales de distribución. Teniendo en cuenta el entorno de bajos tipos de interés, vemos un mayor margen de mejora de la eficiencia.
En general, las fusiones nacionales bien ejecutadas resuelven los problemas de exceso de capacidad, sobre todo cuando hay solapamiento. En cambio, consideramos que la consolidación transfronteriza es más difícil desde el punto de vista normativo. Como la atención al riesgo sistémico en el sector bancario ha aumentado después de la crisis, los incentivos para las fusiones y adquisiciones internacionales, incluso dentro de la Unión Bancaria, se han reducido considerablemente.
El sector bancario español ante un posible aumento de la inflación
Los bajos tipos de interés han sido un lastre para la rentabilidad de los bancos españoles durante algún tiempo, debido a la reducción de los rendimientos de los préstamos y al escaso margen de maniobra para revalorizar los pasivos. Algunas entidades de crédito, como el Banco Sabadell, lo han afrontado mejor que otras, pero la inflación beneficiará en general a los bancos.