LO QUE SE CONOCE HASTA AHORA DE LOS TESTS DE ESTRÉS
Hasta 16 entidades españolas se someterán a partir de este noviembre y durante los próximos 12 meses a los tests de estrés que ha diseñado el BCE y cuya metodología publicaba la entidad central a grandes rasgos el pasado 23 de octubre. La evaluación se desarrollará en tres fases :
2) La revisión de la calidad de los activos (AQR por sus siglas en inlgés) para asegurar la transparencia de la exposición de los bancos a la calidad de sus activos, lo que incluirá la valoración adecuada no solo del activo en sí, sino del colateral y las provisiones relativas (aquí se incluyen los préstamos morosos, los refinanciados y la exposición a la deuda soberana).
3) Tests de estrés para examinar la resistencia de los balances bancarios a unos escenarios de estrés. Esos escenarios se comunicarán más adelante porque deben pactarse con la Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inlgés).
El BCE exigirá a los bancos que, en todos los casos, su core capital mínimo sea del 8%. El ratio de capital Basilea III (fully loaded) que se exige a la banca española es del 9%, y muchas entidades ya han llevado a cabo ampliaciones de capital y ventas de activos para cumplir con esta obligación.
Estas son las entidades españolas que serán examinadas: BBVA, Banco de Sabadell, BFA, BMN, Banco Popular, Banco Santander, Bankinter, Ibercaja, La Caixa, Caja España-Duero, Cajamar, Catalunya Banc, Kutxabank, Liberbank, Unicaja y NCG Banco.
Los analistas de Credit Suisse comentaban sobre estos exámenes y, en concreto, sobre la banca española, que el sector está sano después de tres “importantes” reformas, un rescate europeo, la transferencia de activos tóxicos al “banco malo” y cuatro trimestres de revisiones del BCE y la Comisión Europea (CE): “La reestructuración del sistema bancario continúa a buen ritmo”, resumen. No obstante, estos analistas reconocen que los retos se mantienen. La morosidad ha continuado incrementándose, y de cara a esta AQR, el regulador nacional ha endurecido algunas de sus reglas. “Son probables necesidades adicionales pero podrían abordarse internamente. En el lado positivo, el entorno macro está mejorando, lo que limita los riesgos de futuras y abultadas provisiones. Adicionalmente, los bancos han pedido solo 40.000 millones de euros de los fondos europeos (de los 100.000 millones posibles)”.
Las malas noticias que arroja la banca española son, sobre todo, dos: no presta a la economía real (caída del crédito del 10% en términos anuales) y, aunque el ritmo de contracción parece estabilizarse, es improbable que mejore de manera fuerte; e incurren en elevados niveles de financiación del banco central, a pesar de que sus posiciones de liquidez han mejorado y de que los costes de financiación han caído.
María Gómez