Últimamente se está repitiendo y poniendo de moda cada vez más la palabra bankster que, como su nombre indica, se refiere a la conjunción de sendos vocablos “banquero y gangster” en determinadas personas que, ejerciendo máximos cargos directivos en entidades financieras -en este caso españolas - han actuado de una forma deliberada y nada ortodoxa para esquilmar ahorros de sus clientes a sabiendas y además conjuntamente con una gestión tan poco ortodoxa y desastrosa de esas mismas entidades que presidían que les llevó a ser, en este caso, rescatadas y en otros países a la quiebra y encerrados sus artífices.
La actuaciones y características de estos banksters es prácticamente similar en todos los casos: se creen en la cima del mundo económico, poderosos e intocables a la vez que inmunes a la acción de la justicia. Por ello actúan con menosprecio y desdén a la ortodoxia económica y hacia las personas en general, así como a su principal activo en las entidades gestionadas que son sus clientes, los que depositan su dinero, siendo lo único que les importa engordar su patrimonio particular.
Recientes estafas como las preferentes, así como el uso y abuso de créditos a amigos y compinches de juergas y negocios tanto personales y políticos, dan buena prueba de ello.
Consideraban” su cortijo “ las entidades que presidian y primaba siempre el beneficio personal antes que el de la entidad que gestionaban. Casos espeluznantes como CAJA MADRID , CAM, o CAIXA CATALUÑA son una pequeña muestra de lo que ha ocurrido y que seguramente acabará con una pequeña multa que apenas será un rasguño en las fortunas amasadas durante el tiempo que ejercieron en sus puestos, haciendo quebrar a la entidad para que después con nuestros esfuerzos y nuestros impuestos fueran pagados y tapados sus desmanes y despropósitos.
El primer bankster reconocido por todos fue el presidente del primer banco rescatado en nuestro país, Banesto, cuyo agujero ahora y viéndolo en la distancia nos parece pequeño, pero sus alumnos han salido muy aventajados y las practicas se han multiplicado en cantidad y volumen, haciendo que nos parezca muy pequeño el desfase patrimonial de esta entidad..
¿Qué ocurre pues cuando grandes entidades se confabulan para manipular índices de referencia como el Libor o el Euribor en detrimento de muchos pequeños ahorradores de nuestro país atrapados en ellos?, ¿Qué ocurre cuando con el concomimiento de las entidades un banco vende entre sus productos fondos que quiebran?, ¿Qué ocurre cuando alguien es engañado por su oficina bancaria?, ¿Qué ocurre cuando el banco rescatado con el dinero de todos se presta a la especulación con la deuda pública en detrimento de la economía del país?, ¿Qué ocurre cuando el banco infla artificialmente el precio de la vivienda con sus participaciones en inmobiliarias y después la burbuja explota?,
¿Qué ocurre a las entidades que con sus préstamos arriesgados a las empresas de sus amigos quiebran y se van miles de personas al paro? ¿No es imprudencia temeraria?, ¿Qué ocurre con quien tenía que supervisar todo el sistema no se entera de lo que pasa? NO PASA NADA. Nadie es responsable de lo que ocurre, la responsabilidad es de un tercero que no aparece ni se le espera, se difumina entre muchos por el miedo a que el sistema no puede quebrar y por lo tanto debe mantenerse.
En esta jungla salvaje de capitalismo desaforado vemos que las reglas son siempre interpretativas y se podrán ver desde otro punto de vista o
siempre podremos acudir a la frase tan socorrida como que "es demasiado grande para quebrar", "son entidades endémicas que no pueden cerrar su chiringuito" y la responsabilidad se dirige a vías muertas que no conducen a nada.
Creo que la responsabilidad debe primar sobre cualquier otra cuestión y como ocurre en el mundo anglosajón las estafas se pagan y los estafados cobran, la supervisión única europea y las trabas que poco a poco se están poniendo a este tipo de cosas parece que van en ese sentido pero queda mucho camino por recorrer aun.
Rafael Montava Molina
Consultor Financiero Empresarial
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