En pleno ojo del huracán originado por la crisis financiera mundial, la situación de las cajas de ahorros preocupaba. El gobierno y los reguladores pensaron que una buena opción para que estas entidades ganaran tamaño era juntar a muchas de ellas bajo el paraguas de la antigua Caja Madrid. En 2010 se desarrollaba lo que se llamó una fusión fría entre Caja Madrid, Bancaja, La Caja de Canarias, Caja de Ávila, Caixa Laietana, Caja Segovia y Caja Rioja que dio lugar a BFA, cuyo nombre comercial pasó a ser Bankia. Posteriormente sus directivos la sacaran a bolsa y dos años después pudo comprobarse que un problema de solvencia no se arreglaba solo ganando tamaño.
A finales de mayo de 2012, Bankia tuvo que ser rescatada con dinero público. Cinco años después de esta operación, parece que la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri comienza a ser admirada. El dinero inyectado y la labor de gestión de problemas como los de las preferentes, así como la gestión de sus directivos han hecho que los inversores crean en
En lo que va de año, sus acciones se revalorizan apenas un 2%, eso sí, en doce meses, se aprecia más de un 35%.
BBVA, otra de las entidades que fue más activa durante la crisis financiera en términos de compras, sube un 15% este año y casi un 32% en doce meses.
Cuando comenzó la crisis, el banco que preside Francisco González se hizo con Unim y con Cataluña Bank, en un movimiento muy orientado a aumentar su presencia en Cataluña, donde tenía menos presencia.
Aunque los expertos destacan que la entidad está muy centrada en su digitalización y que no necesita seguir aumentando su negocio, durante la crisis del Popular se habló de su posible interés, así como de su participación en las negociaciones para la compra del negocio español de Deustche Bank.
Como explicaba recientemente Carmelo Tajadura a Estrategias de Inversión, “BBVA está centrada en la banca digital y no creo que quiera más red física”. El banco que preside Francisco González ya ha comprado seis cajas. “No lo veo en operaciones salvo chollo manifiesto”.
Aunque no se conoce el precio exacto que se pagará por la filial de la alemana en España, el banco tiene unos 700.000 clientes, 11.701 millones en dipósitos y más de 16.000 millones de euros en activos, algo a lo que BBVA no haría ascos si el precio fuera atractivo.
El consenso de Facset apunta a que un 29% de los analistas que siguen BBVA apuestan por comprar las acciones del banco, un 43% por mantenerlo y el 29% por vender.
La situación es algo diferente para Bankia. Un 31% aconsejaría la compra, un 23% mantener las acciones y un 48% la venta.
Juan Enrique Cadiñaños, director de Admiral Markets en España explica que "nos encontramos ante una fusión con la que Bankia puede ganar mucho terreno en líneas fundamentales. Descuento superior al 8%, que se vería incrementado hasta por encima del 12% tras dicha fusión por acumulación de negocio".
El experto cree que a partir de ahora, el escenario para sus acciones "debería ser impulsivo y observar nuevas y mayores subidas en el medio plazo". En su opinión, "los precios de la financiera deberían acudir a atacar resistencias principales, como es la zona de 4,50 euros. Tendremos que estar atentos al nivel de 4,08 y 4,25 euros en el corto plazo, ya que son los niveles que coinciden con las medias de 200 y 60 sesiones respectivamente".