Desde Bank of America señalan que la contribución del Gasto Público en los países de la Unión Europea se ha incrementado hasta alcanzar niveles del año 2010, lo que, a su juicio, explica la mayor resistencia de la economía de los países de la región frente a las amenazas externas. Señalan que las políticas de austeridad emprendidas entre los años 2010 y 2012 supusieron un lastre al crecimiento de la Unión Europea. De este modo, el impulso fiscal en 2015 fue del 1,3%, en contraposición de la reducción del gasto público cercano al 5% entre 2010 y 2012.
De este modo, el crecimiento registrado en la Unión Europea en el primer trimestre del año asciende al 0,6%. Además, desde Bank of America destacan que el efecto multiplicador del gasto público es el doble que el de los ingresos públicos, de modo que, según la firma estadounidense, las políticas de estímulo tendrían que ir más por la vía del gasto público que por la del aumento de la renta disponible.
Además, señalan que esta mayor contribución del gasto público al crecimiento, unido a la puesta en marcha de una política monetaria expansiva ha permitido reducir el coste de financiación de agentes económicos y gobiernos, de modo que los intereses de la deuda se han mantenido estables y con ellos, los déficit públicos. Así, el gasto público en intereses de la deuda sobre el Producto Interior Bruto se sitúa ahora en el 2,4%, mientras que en el año 2014 se situaba en el 3,1%.
Sin embargo, la crisis en los emergentes por el desplome de los precios de materias primas y petróleo han provocado una reducción en las exportaciones de la Unión Europea (cayó un 0,2% interanual en el cuarto trimestre), provocado por la apreciación del euro y la caída de la demanda por parte de los países emergentes.