1: Las políticas de distribución se normalizarán
Anteriormente habíamos señalado nuestras expectativas para las pruebas de resistencia, es decir, la normalización de las políticas de distribución y unos dividendos más generosos y posiblemente la recompra de acciones en los próximos años. Esperamos un reapalancamiento para los bancos que mostraron un exceso de capital importante con respecto a los requisitos en la prueba de resistencia.
Con pocas oportunidades de crecimiento rentable en el maduro mercado bancario europeo, la atención se centrará en el retorno del capital (dividendos y recompra de acciones) más que en la expansión del balance o las fusiones y adquisiciones.
2: Las debilidades son escasas y aisladas
Los tests de estrés pusieron de manifiesto que son pocos los bancos que experimentarían un grave deterioro de sus posiciones de capital CET1 en un escenario macroeconómico adverso. Si observamos los resultados individuales de los bancos, seguimos siendo bastante constructivos. La razón principal de la resistencia de los resultados es la gran solidez del punto de partida. La mayoría de los bancos habían acumulado en los últimos años un importante exceso de capital por encima de los colchones de gestión declarados y de los regulatorios. Desde el punto de vista del crédito, los resultados son tranquilizadores, ya que muestran que las pérdidas para los inversores en deuda senior serían -incluso en un escenario extremadamente adverso- una rara excepción.
Sin embargo, que unas cuantas entidades se acercarían mucho -y en algunos casos alcanzarían- sus umbrales de MDA (cantidad máxima distribuible, por sus siglas en inglés) bajo hipótesis de escenarios adversos, con implicaciones negativas, no sólo para los accionistas sino también para los inversores en AT1.
3: Mayor visibilidad sobre las orientaciones del Pilar II
Los tests de estrés no tenían un umbral de aprobado/desaprobado, pero la información sobre la reducción del capital en el escenario adverso será una aportación clave para los supervisores en el próximo SREP (Proceso de Revisión y Evaluación Supervisora, por sus siglas en inglés) y, en particular, para el establecimiento de las Orientaciones sobre el Pilar II (P2G). Los bancos se clasificarán en cuatro categorías en función de la reducción del capital en el escenario adverso.
Como parte del proceso SREP, los equipos conjuntos de supervisión afinarán su análisis dentro de estas categorías, estableciendo las P2G finales. Hasta donde sabemos, es la primera vez que se dan indicaciones explícitas al mercado sobre cómo estimar el P2G.
4: No hay grandes diferencias entre los bancos de Europa central y la periferia
En cuanto a los promedios de los países, cuando se analizan los ratios CET1 finales y el descenso del ratio CET1 desde el punto máximo hasta el mínimo en el escenario adverso, ya no hay una clara división entre los bancos de Europa central y de la periferia. Si excluimos a Paschi di Siena de los cálculos (un caso atípico y una herencia del pasado), los resultados medios de los bancos franceses, alemanes e italianos están muy alineados.
Los bancos españoles y portugueses incluso superan a sus comparables de la eurozona, junto con los bancos belgas. Lo que no ha cambiado es la fuerte rentabilidad de los bancos suecos y noruegos.