Después del artículo de la semana pasado publicado en esta misma web, parecía obligado un segundo comentario de la situación creada después de la intervención.
Utilizó conscientemente la palabra intervención y no rescate, pues el préstamo al gobierno español que irá íntegramente al FROB es ante todo una intervención, todavía sin cuantificar, ni siquiera sin que podamos todavía leer la letra pequeña de la misma.
El sector financiero muy probablemente sin BBVA, La Caixa y Santander, acometerá la tercera reorganización y reflote de los bancos nacionales. En primer lugar y como comentaba en el
artículo previo, las personas que posean: cuentas corrientes, libretas de ahorro y depósitos; están en estos momentos mucho más protegidos que anteriormente, si bien estimo que la rentabilidad va a disminuir así como, las comisiones que soportan aumentarán. Dos misiles lanzados por tanto al bolsillo de todos.
Los accionistas pueden sentirse algo más tranquilo pero solo algo; el dinero del FROB viene a garantizar la viabilidad de los bancos con problemas, pero incrementará costes financieros, pondrá sobre la mesa las pérdidas potenciales y congelará el dividendo, incluso llevarán a algunos a tener que publicar pérdidas al cierre del ejercicio, amén de posibles ampliaciones de capital. Los tenedores de bonos subordinados, convertibles por contingencias y preferentes son desde mi óptica los grandes perjudicados, el gobierno estaba intentando ayudarlos mediante la aprobación de canjes y otras medidas, sin embargo es posible que este intento se venga abajo y quien nos da el dinero de la intervención se ponga serio e inflexible y obligue a que los inversores se hagan cargo de las pérdidas generadas por estos activos.
En cuanto a la Deuda Pública y sin querer entrar en controversias gratuitas,
el Reino de España asume un aumento del déficit público del 10% del PIB. El préstamos es al Estado el cual revierte al FROB, pero el garante del mismo es el estado español. La bondad es que este incremento del 10 % se realiza a precios mucho menos costosos de lo que supondría financiarse en los mercados.
Por último y en cuanto a circulación y aumento del crédito aun a pesar de algún canto de sirena, personalmente, opino que no va a aumentar ni se va a modificar la situación actual en el corto medio plazo. Solo cuando se haya saneada completamente los balances bancarios se podría hablar nuevamente de crédito, si Europa o el Gobierno hubieran querido crédito para impulsar el crecimiento el dinero no iría al FROB sino al ICO. Por tanto la medida actual resuelve la papeleta del sector crediticio, postergando nuevamente el auténtico problema español que no es otro que el crecimiento.
Miguel A. Bernal Alonso
Profesor adjunto BME