Julio de 2.007, el mercado de renta variable mundial vive un nuevo paradigma. El efecto riqueza de la sociedad capitalista vive en un artificial éxtasis, creado por una burbuja crediticia que se justifica gracias a la titularización de instrumentos hipotecarios en fondos de inversión. Nuevamente, la ingeniería financiera permite a los bancos emitir deuda sin parar, y de ese modo hinchar su cuenta de resultados y así poder ganar salarios de decenas de millones de USD. El crecimiento de las economías emergentes sirve para justificar una nueva demanda que se bautizó como “reequilibrio global”.


Una vez más, el mundo cree vivir en una sociedad ajena al peligro económico y la normalidad con que se acepta el poder de la deuda, deriva en una tormenta financiera que hundió al mundo capitalista en una crisis, que sin duda ¡ha cambiado el mundo para siempre!


La gestora de fondos de uno de los Big Five (Goldman Sachs, Morgan Stanley, Merrill Lynch, Lehman Brothers y Bear Stearns), quebró tras unas pérdidas situadas, según la reserva federal, de entre 50-100 billones de USD.

El mundo, ajeno al enorme problema que de ello se derivaría hizo caso omiso. Una vez más, la clase política trató el tema por encima sin darle mucha notoriedad mediática, para obviamente no alterar la opinión pública. Sin embargo, el aviso de Bear Stearns, se agravó con la quiebra de Lehman Brothers y la absorción de Merrill Lynch. Un desastre financiero que acabó con 3 de los Big Five.

Este, es el inicio de una historia que marcará nuestra generación, que deberá asumir el reto de cambiar el mundo capitalista para siempre.


Podríamos decir que la actual crisis económica mundial tiene sus orígenes en la década de los 90, con el mandato de Bill Clinton en la Casa Blanca y de Alan Greenspan en la FED. Las políticas monetarias expansivas y la permisividad en la abundancia de crédito, crearon un entorno artificial que se vió agravado por la voracidad de los bancos americanos, quienes encontraron la fórmula para controlar el core capital, de manera artificial, gracias a los productos aseguradores CDO, ABS, MBS,...

Nuestra sociedad, vivía en una complacencia difícilmente comprensible en 2.007, pero la gravedad de la crisis ha sometido a nuestro sistema económico a un círculo vicioso muy pernicioso. Y es que la situación es tan grave, que por más que nos cueste comprender, el mundo capitalista se enfrenta a su fin con decisiones no convencionales, que suponen un mal menor, pero que para nada implican una solución a corto plazo. Para evitar la quiebra sistémica, se trasladó la crisis de los bancos a los estados. En Europa se decidió asumir el coste del rescate con reformas y recesión, en USA con una nueva expansión monetaria. Tal vez la buena suerte europea, sea que las decisiones expansivas de la FED hayan evitado el colapso, pudiendo sanear el sistema. Hoy el balance del BCE es radicalmente opuesto al de la FED y el margen de actuación de Draghi es muy amplio. Cargar los estados de deuda, ha logrado sanear los bancos, y por este motivo, espero que el próximo año el sector financiero sea uno de los más importantes. Sin embargo, las dudas siguen latentes en el mercado, y durante los últimos 5 meses hemos vivido un mercado en fase de distribución entre las bolsas americanas, con la excusa de que la FED retire paulatinamente los estímulos monetarios en el mercado. Sin embargo, la semana pasada ya advertí que el nuevo máximo creciente insinuaba la intención de los alcistas, tras confirmar por teoría de Dow la reanudación del mercado alcista en el Dow Jones, que ya anticipaba el Nasdaq. Por lo tanto, sigo al margen de toda idea bajista en bolsa americana, pero sin menoscabo de que los bajistas den un golpe encima de la mesa, ¡tiempo habrá de tomar decisiones!

Sectorialmente estoy positiva en los sectores más cíclicos, puesto que el mercado nos está dando momento en la industria Basic Materials, concretamente aluminio, acero y carbón. Y este comportamiento del mercado tiene mucho sentido en un entorno de expansión crediticia generado por la capacidad de los bancos centrales de incrementar la masa monetaria, para intervenir los mercados de renta variable y manipular la confianza del consumidor, generando un ficticio efecto riqueza que genere más consumo, que permita a las empresas ganar más dinero y crear empleo.



¿Pero quién es el precursor de estas actuaciones?, ¿acaso no hemos aprendido que las actuaciones cortoplacistas generan crisis tras crisis?, ¿es conveniente atacar la deflación con políticas monetarias expansivas?, ¿generaría una gran depresión la no actuación de la reserva federal?

En 2.008, cuando el mundo estaba sumergido de lleno en el crash financiero tras la quiebra de Lehman Brothers, el famoso G20 se reunió, tratando de buscar soluciones a una crisis que devoraba el capitalismo. Pero Bernanke se erigió como el líder que buscaba el mundo para evitar el colapso y la posterior quiebra del capitalismo. En ese momento, Bernanke decidió llevar a cabo sus ideas con mucha decisión y su valentía, tal vez imprudencia, ¡salvó al mundo de una catástrofe! Esta afirmación me sugiere una nueva pregunta, ¿Salvó el capitalismo o aplazó la catástrofe? el destino sabe la respuesta, nosotros conviviremos con ella. Pero no cabe duda de que Bernanke siempre ha tenido extremadamente clara su actuación.

Algunas de sus ideas han sido reflejadas en sus discursos dejando en mi opinión, frases célebres para la historia del capitalismo:

“El Gobierno de Estados Unidos tiene una tecnología llamada imprenta (hoy en día su equivalente tecnológico) que permite producir todos los dólares que se deseen a ningún coste”.

“Los dos fenómenos, la subida de los precios de la vivienda y del mercado bursátil contribuyen a crear un «efecto riqueza» entre los estadounidenses, por lo que podemos esperar que estos aumenten su consumo en los próximos meses.”

“Estas políticas conllevan ventajas para el conjunto de la economía internacional. De hecho, la aplicación simultánea de una política acomodaticia en varios países podría ser beneficiosa para todos.”

“Por el momento, mantendremos el programa de compra de bonos. Si la mejora económica sigue su curso, en las próximas reuniones podríamos plantearnos ralentizar el ritmo de las compras de activos.”

El discurso de la FED sigue siendo el mismo. La Reserva Federal controla el efecto riqueza del consumidor haciendo subir de forma descarada los diferentes mercados de activos.

Este es sin lugar a dudas el propósito de la FED, reducir la tasa de paro gracias a una mejora en la manipulada confianza del consumidor. Janet Yellen seguirá el camino de Bernanke y la barra libre de liquidez seguirá vigente durante bastante tiempo.

Como decía anteriormente, los bancos centrales han comprendido que manipular la confianza del consumidor incrementando el precio de sus ahorros, es la solución para salvar la economía, puesto que un consumidor con más patrimonio, tendrá más poder adquisitivo y por lo tanto podrá consumir más y ello, tendrá un efecto positivo para el negocio de las empresas y por ende en el paro.

Estas medidas provocadas por el estallido de la crisis subprime, han creado cierta complacencia en los banqueros centrales que han hecho propias las medidas de flexibilización cuantitativa como solución fácil y cortoplacista, pero que no es exigua de riesgos, puesto que la enorme burbuja en los activos financieros globales, podría tener consecuencias todavía más devastadoras que la crisis de las hipotecas subprimes, en el mercado inmobiliario. Ante este entorno me planteo diversidad de preguntas y creo que es importante comprender todas estas palabras, puesto que el mercado definirá mi táctica operativa, pues al fin y al cabo soy Trader y dicho mercado dirige mi estrategia, pero eso no implica que no sea consciente del enorme riesgo que de ello se deriva al sumarse a una complacencia, que por más que dure, terminará estallando, y generando una crisis que en esta ocasión no se llamará Merrill Lynch, Lehman Brothers, ni Bear Stearns. Se llamará FED y eso sería una noticia devastadora para el capitalismo.

Gisela Turazzini
CEO | BLACKBIRD